lunes, 31 de julio de 2023

Loca por Tí: Capítulo 56

 –Ven aquí –le dijo Pedro tomando su linterna y dejándola en el suelo junto a la suya de manera que los haces de luz iluminaran las paredes de la cueva.


–Has conseguido que me enamore de tí –confesó Paula apoyando la cabeza en el pecho de Pedro.


–¿Es el título de una canción? –se burló él con cariño.


Paula lo miró a los ojos.


–Esto no estaba planeado, ninguno de los dos lo hemos buscado, pero ha ocurrido.


–Así es el destino –le dijo Pedro al oído.


–Te quiero –confesó Paula–. Estoy enamorada de tí, estoy enamorada de un hombre de otra tierra.


–No te dejaré nunca –le prometió Pedro con la voz tomada por la emoción–. Siempre estaremos juntos.


–¿Cómo lo vamos a hacer? –quiso saber Paula.


Pero Pedro la besó con tanta pasión que dejó de pensar.


–Vamos a tener que dar tiempo al tiempo –le dijo al cabo de un rato.


–Pronto estaré divorciada –le recordó Paula–. A lo mejor a tu familia no le hace gracia.


–Seguramente, así será –admitió Pedro–, pero mi vida la decido yo y, además, tú eres un ángel.


–¡No, no lo soy! –exclamó Paula, pues no quería que él la pusiera en un pedestal.


–Tienes razón, no lo eres. Eres una mujer, una mujer excepcional, una mujer de carne y hueso, mi mujer –añadió mirándola con deseo.


En un abrir y cerrar de ojos, y sin dejar de mirarla, le quitó la camiseta. Paula se preguntó si eran imaginaciones suyas o si la cueva estaba invadida por una luz dorada.


–¿Estás excitada? –le preguntó Pedro mientras la desnudaba con ternura y sin prisa.


–¡Estoy ardiendo! –confesó Paula.


Pedro la tumbó sobre la arena, que parecía terciopelo. No podía irse después de aquello. Claro que no. Lo suyo no era solo físico, aquella experiencia, aquella unión era espiritual. Se inclinó sobre ella y se bebió a besos las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas.


–Tenemos la capacidad de elegir, Paula –le dijo–. ¿Estás bien? ¿Lo que estamos haciendo te parece mal?


–¿Cómo me va a parecer mal si estamos juntos? –contestó ella consciente de que lucharía con uñas y dientes por el amor de su vida. Pedro.


Sabía que se había dejado manipular muchas veces y que le había dado miedo tomar lo que quería. Todavía no se sentía completamente segura de sí misma para hacerlo, pero casi. Tenía claro que ese era su objetivo.




No tuvo  dificultad para contratar un vuelo privado a Kooraki desde Longreach. Le cobraron bastante dinero, pero Marcos estaba decidido a hacer lo que quería hacer y no reparó en el gasto, pues tenía claro su objetivo: Que Paula volviera con él. Claro que lo iba a conseguir, lo tenía clarísimo y, cuando lo hiciera, la haría sufrir. No físicamente, por supuesto que no, nunca la había lastimado físicamente, pues era todo un caballero. Lo haría psicológicamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario