viernes, 14 de julio de 2023

Loca Por Tí: Capítulo 26

 –Pasas mucho tiempo con Pedro –la acusó sin preámbulo.


Paula no se molestó en negarlo.


–¿Acaso es asunto tuyo? –le espetó decidida a no perder la compostura.


–Por supuesto que sí –contestó su prima–. Siempre te he cuidado y me he preocupado por tí, desde que somos pequeñas. No creía que fueras capaz de dejarte llevar por impulsos díscolos, pero parece que sí lo eres. Como tu prima que soy, tengo derecho a advertirte que te estás moviendo en terreno pantanoso –le dijo mirándola con intensidad.


–¿Ah, sí?


–No te hagas la tonta, Paula.


–No me hago la tonta. ¿De qué quieres que hablemos? ¿De mis impulsos díscolos? ¿Es que no vas a parar nunca? –suspiró–. Llevas toda la vida diciéndome que eres más lista y más sofisticada que yo. Antes, eras mejor estudiante que yo y ahora eres una mujer más experimentada y con más mundo que yo. De momento, la que corre detrás de nuestro invitado eres tú. Todos nos hemos dado cuenta.


Karen enrojeció como la grana.


–Puede que un poco –admitió–, pero solo por pasar el rato, por soltar un poco de tensión. Es que trabajo mucho. En cualquier caso, yo soy libre. No como tú.


–¿Estás celosa?


–¡Sooooo! –exclamó Karen echando mano de un gesto ecuestre–. ¡No digas tonterías! Ni se me ha pasado por la cabeza tener celos de tí. Lo que siento hacia tí es protección. Somos primas. Somos familia. Estás pasando por un momento de extrema vulnerabilidad en tu vida. Entiendo perfectamente que podrías enamorarte de alguien como Pedro, con esos ojos… Esa mirada, cómo mira, ¿Eh?, como si fueras la mujer más deseable del planeta… Esa sonrisa, su carisma. Es un macho sudamericano en toda regla. Ellos son así. Es evidente que Pedro está acostumbrado a ligar.


–Sin duda –contestó Paula–. No sé por qué te pones así. Pedro no me ha robado el corazón.


–¿Cómo que no? –insistió Karen–. Yo creo que sí y sé de lo que hablo.


–No sé si sabes de lo que hablas o no, pero lo que sí sé es que te estás metiendo donde nadie te llama –le dijo Paula poniendo límites–. Eres mi prima, sí, pero también eres una invitada y no necesito que nadie me dé sermones.


–No te pongas así –recapituló Karen–. Te digo todo esto porque me preocupo por tó y porque sé que Brenda no te lo va a decir. Ella siempre ha vivido rodeada de escándalo, así que todo esto le parecerá de lo más normal.


Paula la miró furiosa.


–Retira eso.

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