viernes, 14 de julio de 2023

Loca Por Tí: Capítulo 27

 –Está bien, está bien… Espero que te des cuenta de que tú no eres como Brenda. Ella es una mujer muy sensual mientras que tú eres la Doncella de las Nieves.


–Hace años que dejé de ser doncella y ya te he dicho en otras ocasiones que no hables ni critiques a Brenda ni a su madre. Para mí, ella es la mejor en todo, no tú.


–¡Bueno, pues allá tú! ¡Vas a cometer un error fatal! –exclamó Karen enfadada y ofendida.


–Querrás decir otro, ¿No? Estás de lado de Marcos, no del mío.


–¿Por qué no iba a acudir a él? Marcos es amigo mío, es una buena persona, y tú lo has dejado tirado. Has olvidado las promesas que le hiciste al casarte con él. Te quiere, pero, ahora que has heredado y tienes mucho dinero, te quieres deshacer de él.


Paula se dirigió a la puerta.


–Creo que será mejor que te vayas, Karen. Desde fuera, nadie sabe lo que realmente sucede en el interior de una pareja. Te aseguro que no serías una buena asesora matrimonial. Puede que Marcos se sienta infeliz ahora, pero me ha hecho infeliz a mí durante la mayor parte de nuestra vida juntos. En eso se parece a tí, le gusta humillarme y torpedear mi autoestima.


Karen negó con la cabeza.


–No recuerdo a Marcos haciendo algo así nunca y, en lo que respecta a mí, lo niego categóricamente. Lo que pasa es que eres muy susceptible y te ofendes enseguida. No ha sido mi intención disgustarte, pero necesitaba decirte lo que pienso. No sabes nada de Pedro Alfonso, excepto que es argentino, muy guapo, que procede de una buena familia y que es un jugador de polo estupendo. Tú, a tu manera sencilla y desapercibida, eres muy guapa. Para él, lo más normal es flirtear contigo e incluso tener una aventura contigo. Pregúntale por la chica con la que sale.


Paula no pudo evitar la preocupación.


–¿Y tú qué sabes de esa chica?


–Yo no sé nada, pero sospecho ciertas cosas por comentarios que le he oído –contestó Karen con arrogancia–. Piénsalo. Tiene casi treinta años, su familia debe de estar esperando a que elija novia, supongo que querrá tener hijos. Ya va siendo hora. Lo tuyo es solo un juego.


–Me sorprende que no lo hayas anotado todo –se burló Paula–. Claro que, ¿Cómo ibas a hacerlo si las manos se te van detrás de él? En cualquier caso, muchas gracias por preocuparte por mí. Suponiendo que haya sido eso lo que te haya movido a venir a hablar conmigo. Te voy a pedir que, a partir de ahora, te guardes para tí tus opiniones durante el resto de tu estancia aquí. Los Langdon no queremos que nada enturbie la boda. A lo mejor estoy equivocada, y entonces te pido perdón, pero creo que lo único que quieres es disgustarme.


Karen avanzó hacia la puerta con la cabeza bien alta.


–Solo te he dicho lo que alguien tenía que decirte –insistió.


–¿Vas a llamar a Marcos?


–¿Me estás pidiendo que no lo haga? No me quiero poner de parte de ninguno de los dos. Los quiero a ambos.


Paula ignoró aquel comentario vacuo.


–Seguro que sabe que estás aquí. Deben de creer que me pueden controlar entre los dos.


–Voy a olvidar que has dicho eso, Paula –se ofendió Karen.


–No, mejor recuérdalo –le aconsejó Paula.

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