miércoles, 5 de julio de 2023

Loca Por tí: Capítulo 10

 –Sí, solía decirlo a menudo y lo decía en serio. Según él, las mujeres no tenemos cabeza para los negocios, así que lo mejor que podíamos hacer era casarnos bien…


–Pero a tí no te salió muy bien, ¿No? –insinuó Pedro con prudencia–. Un divorcio puede acarrear mucha amargura –añadió sinceramente.


–¿Te parezco una amargada?


–No, no me parece que estés amargada, pero no te veo feliz.


–Ah…


–¿Lo niegas? ¿Tu marido no está luchando para que sigas a su lado? –quiso saber pensando que una mujer así solo aparece una vez en la vida.


Paula no contestó inmediatamente.


–Es cierto que los divorcios no suelen ser fáciles –comentó por fin–. Mi matrimonio está terminado y no pienso volver con mi marido bajo ningún concepto. Menos mal que a Gonzalo le va mejor –añadió cambiando de tema–. Brenda y él son almas gemelas. Te va a caer bien ella, ya verás. Es guapa e inteligente. De hecho, lleva uno de nuestros bancos y lo hace a las mil maravillas. Menos mal que Gonzalo no es como mi abuelo…


–No, tu hermano es un hombre moderno, de hoy en día. ¿Y tú? ¿Qué vas a hacer cuando te divorcies?


A Paula le entraron ganas de gritar.


–¿Te interesa de verdad? –le espetó.


–Sí –contestó Pedro con seguridad.


Sus miradas se encontraron y Paula supo que tenía que contestar.


–Pues todavía no lo sé… Me gustaría ayudar a Gonza de alguna manera.


–Entonces, volverás a casarte –afirmó Pedro.


–Lo das por hecho. ¿Acaso crees que es lo único que puedo hacer?


Pedro alargó el brazo y le acarició el hombro.


–Paula, no te pongas a la defensiva –la tranquilizó–. Sabes perfectamente que no es eso lo que he querido decir. Estoy seguro de que tu hermano te ofrecería un puesto directivo en el consejo de administración de vuestra empresa.


–Si se lo pidiera, claro que lo haría.


Pedro la miró largamente.


–Pero no es lo que te va. No te ves de mujer de negocios.


–La verdad es que no.


–¿Y quieres tener hijos? –se aventuró Pedro.


–¿Y tú?


Pedro le dedicó una de sus sonrisas enigmáticas y fascinantes.


–Primero te casas y, luego, llegan los hijos.


–Los tiempos han cambiado, Alfonso. Ahora puede ser al revés – contestó Paula con cierta ironía.


–No en mi familia –le aseguró Pedro–. Me gusta hacer lo que se espera de mí aunque en equilibrio con lo que yo quiero.


–¿Y ya tienes a una mujer en mente? –quiso saber Paula pensando que seguro que sí.


–No, en este momento, no. Me gusta salir con mujeres. No concibo mi vida sin ellas –le aseguró Pedro.


–Pero ninguna te gusta hasta el punto de querer casarte con ella, ¿No? –insistió Paula asombrada de sí misma.


Se estaba adentrando en terreno peligroso. Juan se fijó en la curiosidad de Paula. Resultaba inocente y seductora a la vez sin proponérselo. ¿Sería consciente de ello? Desde luego, no era la típica mujer fatal sino, más bien, una mujer a la que proteger. ¿Habría cometido su marido ese error, querer protegerla?


No hay comentarios:

Publicar un comentario