viernes, 14 de julio de 2023

Loca Por Tí: Capítulo 30

Era un partido difícil e igualado, pero solo un equipo podía ganar. Durante el tercer tiempo, Tomás McKinnon, del equipo de Gonzalo, se cayó del caballo intentando cubrir al número 4 del otro equipo. Se recuperó y se volvió a montar rápidamente, pero el equipo azul aprovechó la ventaja. Pedro no dudó en marcar un tanto que por su rapidez sorprendió a jugadores y público por igual. Finalmente, ganó su equipo. Todo el mundo aplaudió encantado. Había sido un buen partido. El mejor en mucho tiempo. Paula era la encargada de entregar la copa al capitán del equipo vencedor. Una vez cerca de Pedro, se dió cuenta de la peligrosa energía sexual que emanaba de su cuerpo y que la atrapaba a su lado.


–Enhorabuena –le dijo con tranquilidad, a pesar del nerviosismo–. Ha sido un partido estupendo.


–Gracias –contestó él mirándola de manera inequívoca–. Ha sido un placer –añadió inclinándose sobre ella para besarla en ambas mejillas–. Eres bella como una camelia –le susurró al oído.


Paula sabía que se había puesto roja, pero se apartó sonriente y le entregó la copa de plata segura de que la llevaría a Argentina con orgullo. El público aplaudió de nuevo. Era evidente que habían caído embrujados por el encanto del capitán argentino. Dev se acercó a su amigo y le pasó el brazo por los hombros.


–Mi equipo quiere la revancha –sonrió–. Ha sido un partido precioso, Pedro. Has estado muy bien, toda una inspiración.


Brenda llegó a su lado y Gonzalo la tomó de la cintura sin dejar de sonreír. Justo enfrente tenía a su hermana, a la que desde pequeño le decían que se parecía tanto que podrían haber sido gemelos.


–Vamos a beber algo fresco –sugirió Gonzalo.


Karen se mordió el labio inferior y los siguió. No estaba dispuesta a renunciar a su pequeño momento de gloria, así que agarró a Pedro del brazo para que se girara.


–Yo también te quiero dar la enhorabuena, Pedro –le dijo acariciándole la mejilla–. Ha sido un partido maravilloso –añadió tocando el pañuelo con los colores de la bandera argentina que llevaba al cuello.


–Gracias, Karen, yo también lo he disfrutado –contestó Pedro.


–Seguro que todas las mujeres del público te estaban animando –comentó Karen–. Desde luego, sé de una que sí, ¿Verdad, Paula? – añadió mirando a su prima.


–En parte –contestó ella–. También quería que ganara el equipo de Gonzalo, pero solo podía ganar uno.


–¡Y el ganador se lo lleva todo! –exclamó Karen de manera provocadora.



–¿Por qué la hemos invitado? –se quejó Brenda un rato después.


–No lo sé –contestó Paula–. Somos de galaxias diferentes, pero es de la familia. Claro que los familiares no siempre son de nuestro agrado.


–Ella siempre ha sido un incordio –reconoció Florencia abrazando a Paula–. No permitas que te moleste con sus palabras y con su actitud. Es lo que quiere. Está celosa.


Paula hizo una mueca.


–Eres la segunda persona que me dice últimamente que Karen tiene celos de mí.


–Pues a ver si te convences de una vez…


–Estoy empezando a contemplar la posibilidad –admitió Paula riéndose.


–¿A que ha sido Pedro la otra persona? –le preguntó Florencia al oído.


–Sí –reconoció Paula.


Florencia miró a su amiga con dulzura.

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