lunes, 3 de julio de 2023

Loca Por Tí: Capítulo 3

A ella le importaba muy poco el linaje familiar, pero había tenido el valor para escaparse con Marcos en las narices de su autoritario abuelo. Bueno, a lo mejor, más que valor habían sido ganas de desafiar al viejo. A su abuelo no le gustaba Marcos y se lo había advertido, le había dicho que tuviera cuidado con él. Gonzalo, que solo pensaba en el bienestar de su hermana, le había dicho lo mismo, pero ella no había hecho caso de ninguno de los dos y se había equivocado por completo. Todavía necesitaba tiempo para recomponerse y volver a su vida normal, pues tenía muchas dudas sobre sí misma y sobre su entereza. Estaba segura de que la comprendería cualquier mujer que hubiera pasado por una relación en la que se hubiera esforzado todo lo que hubiera podido para agradar a su pareja mientras él la despreciaba o la ignoraba. 


A veces, Paula se preguntaba si la igualdad entre hombres y mujeres llegaría algún día. Las mujeres seguían siendo maltratadas en todas partes del mundo. No se podía creer que siempre fuera a ser así. Para ser sincera, y le gustaba serlo consigo misma, lo cierto era que jamás se había sentido atraída sexualmente por Marcos. Bueno, ni por ningún otro hombre, la verdad. Desde luego, no con la pasión que Brenda sentía por Gonzalo. Aquello sí que era amor, amor de verdad. Ella sabía que había que tener mucha suerte para encontrarlo. Aunque era una rica heredera sabía que, a pesar de que el dinero podía comprar casi todo, no podía comprar el amor. Sabía que se había casado huyendo de su familia disfuncional. Sobre todo, de su abuelo. Cuando había muerto, se habían producido cambios y todos habían sido para mejor. Ahora era Gonzalo quien se hacía cargo de las empresas Chaves. Kooraki, una de las explotaciones ganaderas más importantes del país, no era más que una de ellas. Además, sus padres, que hacía tiempo que no se llevaban bien, habían vuelto a estar juntos, lo que había llenado a su hermano y a ella de alegría. Para colmo, Celia Norton, el ama de llaves de toda la vida de Kooraki y amante secreta de su abuelo, se había ido a Italia, su país de origen, a vivir la dolce vita. Y, por último, aunque no menos importante, su hija, Brenda, se iba a casar con Gonzalo, el gran amor de su vida. Hacía mucho tiempo que estaba convencida de que aquellos dos eran almas gemelas y ahora, por fin, se iban a casar, tras haber pospuesto la boda unos meses por la muerte de Alfredo Chaves.


Paula iba a ser la dama de honor de Brenda. Su hermano y ella iban a ser muy felices y seguro que tenían unos hijos preciosos. Brenda era fuerte. Siempre se había sorprendido de su fuerza. Cuando estaba con ella, era muy consciente de su propia fragilidad. Aunque no estaba atravesando por el mejor momento de su vida, se alegraba lo indecible por ellos. Gonzalo ganaba una mujer guapa y lista que lo ayudaría en la gestión de las empresas familiares, sus padres ganaban una nuera y ella la hermana que siempre había querido tener.

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