viernes, 31 de marzo de 2023

Una Esperanza: Capítulo 60

 –¡Venga, prueben! –les dijo.


Sonrió con satisfacción al ver cómo Paula y Pedro se sentaban en los extremos opuestos de la roca más larga.


–¡Sientense bien! –ordenó.


Hicieron lo que les decía y quedaron el uno al lado del otro. Heather sonrió de nuevo al verlos. Era su día y estaba encantada con su papel de jefa. Y lo hacía bastante bien. Mandó a Paula y a Pedro a buscar ramas y helecho para construir una especie de cobertizo. Estaba entusiasmada con la idea de hacer un campamento. Insistió en que comieran los bocadillos dentro, pero consiguieron convencerla de lo contrario. No pudieron persuadirla para volver a casa hasta la tarde. El cielo estaba encapotándose ya y el viento comenzaba a formar pequeñas olas en el río. Esperaban poder volver antes de que empezara a llover. Se metieron en la barca tan deprisa como pudieron.


–¡Papá! ¡Ha sido el mejor día de mi vida!


No pudo evitar sonreír. Miró primero a Paula y después a su hija.


–¡El mío también!


Las observó mientras se sentaban en el banco central. Eran las dos mujeres de su vida. No dejaron de charlar ni un momento. Parecían tan felices y cómodas juntas que su corazón se enterneció al verlas.


–Paula…


–¿Sí, cariño?


–Tengo frío, ¿puedo acurrucarme contra tí?


–Claro –repuso Paula con cariño mientras abrazaba a la niña.


Fue en ese instante cuando se dió cuenta de que todo iba a salir bien. Ya no podía esperar más. Le iba a pedir a Paula que se casara con él. Esa misma noche, si conseguía atreverse. 


Sabía que tenía que haber alguna cinta virgen en alguna parte. Siguió buscando en el armario. Había cientos de cintas, pero ninguna con etiqueta. Ya había probado unas cuantas, pero tenían películas grabadas de la televisión. Tomó otras dos y las probó. Una era un documental de naturaleza. La otra comenzó con ruido estático y parecía un poco borrosa. Era un video casero. Intentó adivinar dónde había sido grabado. No parecía esa casa. En una habitación había un montón de gente que no conocía. Estaba a punto de sacarla cuando se detuvo. Vió a una adorable niña de unos tres años. Debía de ser Valentina. Una mujer la perseguía para intentar llevarla a la cama. Cuando consiguió agarrarla, la tomó en brazos y las dos miraron a la cámara. Paula palideció. Supo que era Ivana Alfonso. Valentina tenía sus mismos ojos y el mismo pelo. Las dos se parecían mucho. El pelo de Ivana era negro y brillante. Paula se tocó su pelo. Estaba áspero por la sal y era de un color marrón indefinido. Además, nunca conseguía dominarlo. Ivana parecía muy elegante y llena de vida. El cámara sólo se concentraba en ella y no le extrañó. Era el tipo de mujer que todos miraban. Le recordaba a alguien. De pronto se dió cuenta de a quién. Le recordaba a Carla. No se parecían físicamente, pero había algo igual en ellas, su seguridad y elegancia.

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