viernes, 10 de marzo de 2023

Una Esperanza: Capítulo 17

 Abrió un poco la ventanilla. Entró un aire fresco, casi frío, pero lo necesitaba. El olor de Paula estaba consiguiendo intoxicarlo. No era nada muy elaborado. Ni perfumes caros ni cosméticos, sólo el olor de una mujer fresca y limpia. Una buena mujer. Pensó que debía de ser una santa para aceptar el trabajo que le había ofrecido. A lo mejor esa mujer podía ayudarlo a recordar cómo ser un buen padre. Algo que años atrás había conseguido hacer sin ningún esfuerzo. Pero ése era el problema. Quería que ella se quedara con ellos por todas las razones obvias, pero una parte de él se resistía a su presencia en la casa. Había algo en ello que estaba consiguiendo ablandar las murallas que se había construido alrededor sin que apenas se diera cuenta de ello. Se había reído con ella. ¡Incluso había conseguido reírse! Y se había abierto con ella. Eran cosas peligrosas. Si no tenía cuidado podía acabar perdiendo el control y eso no sería bueno para Valentina. Paula hacía que quisiera relajarse, respirar y sonreír, pero no podía permitirlo, tenía que resistirse.


–La siguiente a la izquierda –le dijo.


Pero Paula no se movió.


–¡Paula, te he dicho que la siguiente a la izquierda! Nos hemos pasado la salida. Ahora tendrás que detenerte más adelante y cambiar de sentido.


Vió cómo los dedos de Paula atenazaban el volante. Pedro levantó las cejas. Así que, después de todo, estaba consiguiendo importunarla. A lo mejor no estaba aceptando tan bien como él creía que fuera rudo con ella. Pensó que era mejor. Así le sería más fácil mantener las distancias y poder soportar mejor su fresco aroma y la calidez de su mirada.




Una lasaña se cocía en el horno. Paula se sacó el teléfono móvil del bolsillo y marcó un teléfono mientras esperaba.


–Hola, mamá. Soy yo.


–¡Madre mía, Paula! ¿Qué haces llamando a estas horas? Sabes que siempre nos sentamos a cenar a las seis y media. Tu padre se va a enfadar si se enfría la sopa.


–Lo siento, mamá. Seré breve.


–Bueno, ¿Qué es lo que pasa que es tan urgente?


–Quería decirles que voy a estar fuera una temporada.


–¡Dios mío! No te irás de vacaciones con esa compañera tuya de piso, esa tal Jimena, ¿Verdad? Parece el tipo de mujer que se mete en líos cuando va al extranjero. Va por ahí enseñando demasiado.


Paula cerró los ojos, respiró profundamente y le contestó:


–No, mamá. No me voy con Jimena.


–Me alegro. Tu padre y yo no te hemos criado para que te vayas por ahí de picos pardos sin más. La verdad es que ya no sé qué pensar, desde que rompiste con David…


–Mamá, David fue el que…


–Bueno, eso no importa, ¿Verdad? –la interrumpió su madre–. No sé por qué no puedes intentarlo de nuevo y olvidarte de lo que pasó. Tu hermano y Constanza también han tenido problemas y han podido solucionarlos. Míralos ahora, tienen dos niños preciosos y otro en camino. Si quieres formar una familia, ten en cuenta que se te está pasando el tiempo. A tu edad te va a ser difícil encontrar un buen hombre que te acepte con todo tu pasado.

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