viernes, 1 de octubre de 2021

La Heredera: Capítulo 26

 —¿Y salió bien?


—No —admitió Ivana—. Hizo que me sintiera como una chiquilla traviesa. Claro que es bastante mayor que yo.


—¿Qué edad tiene?


—Es quince o dieciséis años mayor —puntualizó Ivana.


—Es una buena diferencia.


—¿Y qué? Eso nunca ha sido un problema.


—Es cierto —sonrió Paula—. ¿Y qué piensas hacer?


—No tengo la menor idea. Supongo que intentaré demostrarle que he madurado.


—Me parece bien. 


Ivana, en uno de sus repentinos cambios de humor, exhibió una deslumbrante sonrisa.


—Me siento mucho mejor ahora. Es bueno hablar contigo.


—Me alegro.


—¿Por qué parpadea tu teléfono?


—Es el contestador —dijo Paula sin mucho interés—. No he contestado en toda la tarde.


—¿No vas a escuchar los mensajes? Podría ser algo urgente.


—Por eso no contesto. Había pensado que podíamos pedir una pizza o algo así.


—Genial —aceptó Ivana, ya en plena forma—. Yo elijo la pizza. Tu ocúpate de los mensajes.


Había cuatro en total. Tres eran de Fernando, cada vez más preocupado porque su principal cliente parecía albergar ciertas dudas de última hora. El cuarto mensaje era de Cristian de Witt.


—¿Quién? —preguntó Paula en voz alta.


—Mamá estará satisfecha —indicó Ivana, mientras marcaba un número en su móvil.


—¿Por qué? ¿Quién es?


—Por favor, no puedo creerlo —suspiró Ivana y alzó la vista al techo con desesperación—. El dios griego que se sentó a tu lado en la cena. Es el actor principal de esa obra que están a punto de estrenar.


—¿Totality?


—Típico de tí —sonrió Ivana—. Estabas dándome largas.


—No, yo...


—Así que te acuerdas del título de la obra, pese a que nunca vas al teatro. Por eso tú eres el cerebro y yo el zopenco.


—No es una cuestión de memoria. Me invita al estreno en el mensaje.


—Vas a ir, desde luego.


—Bueno...


—No irás a echarte atrás ahora. Tienes que ir. Mamá se llevará una alegría —añadió Ivana, solemne—. Una cita después de tantos años. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario