miércoles, 22 de julio de 2020

Culpable: Capítulo 30

Pedro supo que ella le había dicho la verdad. Quería asegurarle que estaba a salvo. Quería volver a tomarla entre sus brazos para no dejarla escapar nunca más. No sabía si era porque ella tenía miedo o porque necesitaba encontrar cualquier excusa para volver a tocarla. Dejó caer la mano.

–¿Por qué tienes miedo de él?

–No importa.

–¿Te fue a visitar cuando estabas en la cárcel?

–¡Él! ¿Visitarme a mí? Debes de estar bromeando. En cinco años, mis únicas visitas fueron un par de criminólogos que estaban escribiendo un libro sobre las mujeres y los crímenes pasionales – comentó con sarcasmo–. Me dijeron que yo era un caso fascinante.

Paula se apartó de él para ponerse al sol. Allí, se frotó los brazos con las manos como si quisiera calentarse. Pedro la observó atónito. ¿En cinco años no había tenido visitas? ¿Y su familia y amigos? Entonces, recordó la entrevista de su madrastra y recordó que las relaciones familiares de Paula eran muy tensas. Sin embargo, estar sola tanto tiempo... No sintió sensación de triunfo alguna. Solo pesar al ver cómo ella trataba de no mostrar emoción alguna.

–Cuéntame, Paula –dijo–, ¿Por qué tienes miedo de Bruno Scarlatti?

Ella se encogió de hombros.

–Creo que acordamos no hablar del pasado. Cumplamos con lo prometido. No te gustaría lo que tengo que decir.

Pedro decidió que no había razón alguna para intentar obligarla a hablar. Paula había demostrado en repetidas ocasiones que no se dejaba vencer por la presión. Sin embargo, no se podía negar el terror que había sentido. Algo había ocurrido, algo que había asustado a una de las mujeres más valientes y autosuficientes que él conocía. Pensó en lo que Paula había declarado en el juicio. Había afirmado que había sido Bruno Scarlatti, y no Luca, el que había entrado en su dormitorio aquella noche. Se había enterado de lo ocurrido aquella tarde entre Luca y Paula, cuando ella le había suplicado que la dejara marchar inmediatamente para ir a visitar a su padre enfermo. Comprensiblemente, Luca se había negado porque estaba muy preocupado por la salud de Vanesa. Como la niñera estaba de baja por enfermedad, necesitaban a Paula. La conversación había terminado con ella gritando que encontraría el modo de marcharse a pesar de su contrato. Según había declarado, Bruno le había prometido que la ayudaría a persuadir a Luca para que la dejara marcharse y ella, inocentemente, le había franqueado el paso a su dormitorio. Una vez en el interior, presuntamente la había atacado y había intentado violarla. Luca había escuchado el ruido y había acudido en su ayuda. En la refriega con Bruno, se había golpeado la cabeza contra la chimenea y había fallecido en el acto.

Pedro se frotó la cabeza y recordó todas las incongruencias de la declaración de Paula. El tribunal la había invalidado basándose en las pruebas que había de su culpabilidad. Pia también había declarado. Dijo que Luca y Paula estaban teniendo una apasionada aventura. Bruno había dicho exactamente lo mismo. Él la había definido como una provocadora, que conocía bien el poder que tenía sobre los hombres y que fanfarroneaba sobre cómo era capaz de conseguir lo que fuera de su jefe. La había visto con Luca en repetidas ocasiones e incluso había proporcionado fechas y horas.

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