viernes, 12 de agosto de 2022

Tú Me Haces Falta: Capítulo 73

 —Está es especial. Vanina y yo hemos decidido casarnos.


—Oh, Iván, es una noticia maravillosa.


—Entonces, ¿Vas a venir? Vanina me ha pedido que te llame, quiere disculparse por no haber sido más amable contigo. Estaba celosa y...


—Lo comprendo, Iván. Y díselo. Pero no puedo ir, vuelvo a casa. Me has pillado de milagro, ya salía para la estación. Creo que no estoy hecha para Londres.


—¿En serio? Yo creía que tú y Pedro. En fin, tú siempre has sabido lo que te conviene, cielo. Dale un abrazo muy fuerte a tu madre.


—Iván... Cuida de Vanina. En tu trabajo, se necesitas tener los pies en la tierra.


—¿Aún dándome consejos? Oye, cielo, no vayas en tren. Deja que te pida un coche para que vuelvas a casa como una señora. Es lo menos que puedo hacer por tí después de lo que pasó el día del programa de televisión.


A punto de rechazar la oferta, Paula cerró la boca. Era domingo, un mal día para viajar en tren debido a los retrasos por las obras que estaban realizando en las vías. E Iván tenía razón, era lo menos que podía hacer.


—De acuerdo, Iván. Y gracias.


Marcela contestó la llamada del interfono.


—El coche del señor Blake ya está aquí para recoger a la señorita Chaves.


—La encontrará en el piso de encima del garaje —respondió Marcela, y apretó el botón para que la puerta de la verja se abriera.


Después, se volvió a Pedro que estaba en el umbral de la puerta del estudio.


—¿Va a traer las llaves? —preguntó él.


—Las ha traído hace diez minutos, pero no ha entrado. Pedro, aún hay tiempo...


Pero Pedro ya había cerrado la puerta del estudio. 



Luciana Garland movió unos papeles que tenía encima del escritorio.


—Sandra, ¿Tenemos la hoja de trabajo de Paula Chaves de la semana pasada?


—No, aún no está. Entre lo que tu hermano ha debido haberla hecho trabajar y lo de salir por las noches, no creo que haya tenido tiempo de rellenarla.


—Eso a mí no me importa, es viernes y debería haberla enviado hace días. Llámala, ¿Te importa? No, espera. Yo lo haré.


Luciana marcó el teléfono del despacho de su hermano.


—Oficina de Pedro Alfonso, Laura Graham al habla.


—¿Laura? ¿Qué demonios estás haciendo ahí? —las palabras se le atragantaron—. ¿Cómo está tu madre?


—Más o menos igual, pero Pedro no podía arreglárselas sin mí, así que ha contratado a una enfermera para que la cuide. Ya sabes cómo es con las chicas temporales...


Luciana alzó los ojos al techo. Laura Graham podía ser indispensable, ¿Pero tenía que recordárselo siempre a todo el mundo?


—No lo comprendo, Laura. ¿Dónde está Paula?


—¿Paula? ¿Paula Chaves? Se marchó el domingo, ¿Es que no lo sabías? Al parecer, se ha ido con su novio, un famoso de la televisión. Supongo que te llamará para que le pagues. Pedro le dijo que lo hiciera. Aunque puede que no necesite el dinero. 

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