viernes, 5 de agosto de 2022

Tú Me Haces Falta: Capítulo 60

"Pedro Alfonso y Paula Chaves a su llegada a Spangles anoche". Luciana miró la fotografía y luego a su hermanó, el hombre que había evitado todo tipo de reunión social desde la muerte de su esposa. En la foto, Pedro aparecía del brazo de una chica que, al conocerla, a Luciana le había parecido demasiado joven, demasiado corriente y demasiado poca cosa para ser empleada de su agencia. Al parecer, se había equivocado y Paula Chaves había conseguido atraer la atención de Pedro cuando no lo habían logrado algunas de las chicas más encantadoras de Londres. Aquella chica, con la actitud directa y sencilla propia de la gente del norte de Inglaterra, había conseguido llegar al corazón de él. Quizá se debiera a que le había necesitado. Luciana dejó el periódico en la mesa de centro y, con voz neutral, dijo: 


—Pedro, la verdad es que no sé qué decir.


—No tienes nada que decir, Lu. Lo único que quería era contártelo yo mismo antes de que lo vieras en los periódicos y sacaras conclusiones equivocadas. Y como alguien va a acabar llamando a mamá para contárselo, y mamá te va a llamar a tí...


—Ya, no sigas.


Pedro se encogió de hombros.


—¿Y en serio no hay nada de verdad en este aparente romance? — insistió Luciana—. ¿Estás seguro que es sólo para provocar los celos de Ivi Blake?


—¿No te pasas la vida diciendo que debería salir más?


—Sí, así es, pero tú nunca me haces caso.


—Pues ahora he decidido seguir tus consejos.


—Ya —Luciana se pasó una mano por la manga de la chaqueta del traje—. Bueno... Tendrás cuidado, ¿Verdad, cariño?


—¿Cuidado? Luciana, querida, ¿Qué estás insinuando?


Luciana decidió seguirle el juego a su hermano.


—Sólo que, si Ivi Blake se pone realmente celoso, puede que se empeñe en ponerte un ojo morado.


—Si eso hace feliz a Paula, valdrá la pena.


—¿En serio? —¿Se daba cuenta su hermano de lo que estaba diciendo?—. Ya sé que es una excelente taquimecanógrafa, Pedro, pero te aconsejo que no vayas tan lejos en tu papel de caballero andante. Una pelea en un club nocturno sería algo poco digno.




El vestido negro sólo había necesitado que la experta mano de Marcela le diera unas puntadas para sentarle perfectamente a Paula. Se puso unos pendientes de plata que describían delicadas espirales y una gargantilla que su madre le regaló al cumplir los dieciocho años. Después, se calzó los elegantes zapatos negros de tacón algo que Pedro le había comprado al darse ella la vuelta y que debían costar el sueldo de varias semanas de mucha gente. 

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