viernes, 4 de marzo de 2022

Irresistible: Capítulo 28

 –¿Pero?


–¿Pero no te da la sensación de que falta algo?


–¿Por ejemplo? –preguntó él mirándola fijamente.


Ella frunció el ceño, intentando encontrar las palabras adecuadas:


–¿Qué es lo que hará que el Newcastle Chaves sea diferente de otros hoteles Chaves?


–¡No quiero que sea diferente! ¡Quiero que todos los hoteles Chaves tengan una reputación excelente!


Paula lo intentó de nuevo:


–Está bien, entonces ¿qué es lo que hará que el Newcastle Chaves sea diferente de cualquier otro hotel de cinco estrellas de la zona? ¿Qué es lo que hará que la gente decida alojarse en él en lugar de en cualquier otro?


–Me da la sensación de que tienes la respuesta.


–Quizá si nos especializáramos en todo lo que la ciudad tiene que ofrecer...


–Tenemos un equipo de relaciones públicas que se ocupará de eso. Sé que no comprendes bien el mundo de los negocios, Paula, pero el conserje y el personal de recepción estarán bien informados de las actividades de ocio y culturales que ofrezca la ciudad.


–Sí, estarán bien informados, pero seguirán tus indicaciones – cerró las manos con frustración–. ¿No te parece que todos deberíamos explorar la ciudad para conocerla a fondo?


Él frunció el ceño otra vez.


–Porque si no transmitirán la información de forma mecánica, sin entusiasmo ni pasión.


–Les ofreceremos a los clientes la información que nos pidan.


–Pero no les ofreceremos nada adicional, nada distinto o diferente de lo que ofrece cualquier otro hotel.


Pedro se cruzó de brazos. Ella no tenía ni idea de lo que estaba pensando, así que negó con la cabeza y añadió:


–No lo comprendes, ¿Verdad? El hotel Chaves tiene que tener su propia alma, un espíritu único y distinguido.


Él la miró y no dijo nada. Ella recordó el terrible vacío de su dormitorio.


–Muy bien –Paula dió una palmada–. Nos vamos. Veré si puedo mostrarte lo que quiero decir.


Pedro miró el documento que estaba leyendo y frunció los labios.


–Por favor, Pedro, ¡Es domingo!


–No vas a dejarme tranquilo hasta que acepte, ¿No?


–Eres muy perspicaz.


Él se rindió con un suspiro. 


Pedro se preparó mientras ella llenaba el cuenco de agua de Silvestre. Paula se guardó las llaves en un bolsillo y un poco de dinero enel otro.


–¿Para qué es eso? –preguntó él, refiriéndose al dinero.

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