viernes, 4 de marzo de 2022

Irresistible: Capítulo 27

 –¿Crees que estoy desequilibrado?


Ella se disponía a decir algo cuando recordó el vacío desalentador de su dormitorio. Y todas esas conquistas que no le habían durado más de dos semanas. También recordó que se suponía que ella debía mostrarse divertida y animada, así que puso una mueca y dijo:


–Tú lo has dicho, amigo.


Él soltó una carcajada y se echó hacia delante entornando los ojos.


–¿Estás tratando de pedirme que me tome tiempo libre, Paula? Si es así, permite que te diga que no hay la más remota posibilidad de que eso ocurra.


–Yo soy la que te dice claramente que no tengo intención de trabajar los domingos.


–Me parece bien. Siento haber sacado conclusiones de forma precipitada.


Paula tenía la sensación de que él no se arrepentía de nada. De pronto, todo su ánimo positivo se desvaneció. No permitiría que él arruinara el hotel de su padre. Pedro era capaz de tomar el control de una empresa sin miramientos, y cómo aumentar la eficiencia y productividad, pero ¿Sabía cómo alimentar un sueño? ¿Sabía cómo construir algo desde un principio?


–En tu vida personal tienes fobia al compromiso, ¿En los negocios también?


–¡Por supuesto que no!


Ella colocó las manos sobre las caderas.


–¿Vas a dedicarte al hotel de todo corazón?


–El hotel no necesita que me entregue de todo corazón, necesita mi capacidad para los negocios.


–Para tí, este proyecto solo es un escalón hacia un objetivo mayor ¿No es así?


–Para tí también.


–Yo quiero que este hotel sea un homenaje a mi padre y a mi madre. Pero tú solo quieres obtener resultados a corto plazo. Para tí, lo que pase a largo plazo es problema de otros. No estás interesado en crear una cultura.


–Paula, no te entiendo.


–¿Conoces bien la ciudad?


–Supongo que lo mismo que tú. Además, me he leído la guía Lonely Planet.Y he ojeado los folletos turísticos.


–¿Te parece suficiente?


–Sé lo que ofrece la ciudad.


–Pero no has visitado nada de lo que ofrece.


–No es necesario.


–¡Sí lo es! –Paula se puso en pie.


–¿Por qué?


–¡Para que puedas asegurarte de que el Newcastle Chaves es el mejor! –empezaba a temer que el Newcastle Chaves no fuera a ser diferente de los cientos de hoteles de cinco estrellas que ya existían. Y no le parecía justo para su padre. Ni para Dominic, que había trabajado mucho–. Mira, es como Hamlet, ¿No?


Él pestañeó.


–Yo soy muchas cosas, Paula, pero no un indeciso príncipe Danés.


–Es la idea de que algo va mal en el estado de Dinamarca, si el rey es un hombre ineficaz y corrupto, eso se filtra al resto de la sociedad.


Pedro se pasó las manos por el cabello.


–¿Me estás acusando de ser ineficaz?


–¡No seas ridículo! ¿No te das cuenta? En el hotel, tú eres el equivalente al rey. Tu actitud afecta a la de los gerentes y también al resto de los empleados.


–Entonces, ¿Si no hay nada malo en mi actitud...?


–Precisamente. Ahora, comprendo el énfasis que pones en que el hotel tenga un servicio excelente y destaque por el lujo y la comodidad –intervino antes de que él llegara a enfadarse–. Por supuesto, esa es la reputación que queremos conseguir.

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