lunes, 20 de febrero de 2023

Venganza: Capítulo 52

 –Admiro tu tenacidad, joven, pero una cosa será comprar los barcos y, otra muy distinta, que los clientes vuelvan a confiar en el apellido Alfonso, después del escándalo en el que se vieron envueltos tu padre y tú.


–Para su información –le había contestado él–, mi padre y yo éramos inocentes. El responsable del contrabando de armas fue Miguel Chaves, hecho que pronto podré demostrar al mundo entero.


–¿Y cómo pretendes hacer eso?


–Tengo mis métodos. Pronto saldrán a la luz nuevas pruebas.


Era la verdad. Además del testimonio del viejo abogado, aquella misma mañana se había abierto una nueva línea de investigación. Había habido detenciones relacionadas con un cártel de droga sudamericano y la policía había descubierto que este había recibido armas a través de C&AShipping. Aquel debía de haber sido el último negocio que había hecho Miguel antes de morir. Pedro iba a volar a Bolivia aquella misma tarde para averiguar todo lo que pudiese y tener, por fin, las pruebas necesarias para demostrar la clase de hombre que había sido Miguel.


–Interesante… –había comentado Papadakis–. ¿Y tu relación con la chica de Chaves también forma parte del plan?


–¡Yo no tengo ninguna relación! –había respondido él.


–¿No? Bueno, eso es lo que había oído. Y admito que me había sorprendido. Aunque supongo que la idea es mantener cerca a tus enemigos. ¿O hay algo más? –le había preguntado el otro hombre–. ¿No habrás sido víctima de sus encantos femeninos?


–¡No!


–No serías el primero, eso es seguro. Y es una chica muy guapa, la verdad, pero yo te recomendaría que tuvieses cuidado y no confiases en nadie de la familia Chaves. Si vas a sacar a la luz lo que hizo su padre, supongo que Paula intentará salvar su propio pellejo, sin importarle a quién se lleve por delante.


–No te preocupes, Papadakis, que ya te he dicho que no hay nada entre Paula y yo.


–Salvo una hija, por supuesto.


A Pedro le había sorprendido que también se supiese aquello.


–¿Olivia? –había continuado Papadakis–. No hace falta ser un genio para atar cabos. ¿Así que la dinastía Chaves Alfonso está a punto de renacer de sus cenizas?


–No –había rugido Pedro–. La familia Chaves no tiene nada que ver con esto. Va a ser una dinastía nueva, que llevará solo el apellido Alfonso.


–Pero la niña es nieta de Chaves, ¿No?


–¡Pero es mi hija! –había replicado Pedro, poniéndose en pie–. Lo que significa que es una Alfonso. Y ya está.

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