viernes, 3 de febrero de 2023

Venganza: Capítulo 23

 –Cuanto antes te des cuenta de quién manda aquí, mejor para todos.


–¿Mandar? –replicó ella, ruborizándose, indignada–. En lo relativo a Oli soy yo la que toma las decisiones.


–Ya no, thespinis mou.


Con el corazón encogido, Paula vió cómo Olivia los saludaba desde lo alto del tobogán. Ella le devolvió el saludo y la niña señaló a Pedro.


–Quiere que la saludes –le dijo Paula entre dientes.


Pedro levantó la mano y entonces Olivia se lanzó tobogán abajo.


–¿Y cómo es esa vida que tanto deseas proteger? –preguntó Pedro, volviendo a mirarla a ella.


–Ya te lo he dicho, una vida normal.


–Háblame de ella. ¿Trabajas? ¿Va Olivia al colegio?


–Olivia acaba de terminar preescolar. Y yo estoy a punto de graduarme.


–¿De graduarte? ¿En qué?


–He estudiado enfermería.


–¿Enfermería? –preguntó él sorprendido.


–Sí –respondió ella, poniendo los hombros rectos–. Ha sido duro, estudiar y cuidar de Oli al mismo tiempo, pero Florencia, que estaba en mi curso, me ha ayudado mucho. No lo habría conseguido sin ella.


–¿Y dónde trabajas? ¿En un hospital?


–Todavía no. Tengo que tener el diploma antes de poder solicitar un puesto de trabajo. Voy a intentar empezar en septiembre, cuando Oli vaya al colegio a tiempo completo.


Pedro frunció el ceño mientras absorbía la información.


–¿Y dices que nunca has llevado a Oli a Grecia?


–No.


–¿Por qué?


–Porque no ha sido necesario. Grecia ya no forma parte de mi vida. Ni siquiera habría vuelto yo si no hubiese sido por el entierro de mi padre.


–¿Y, no obstante, le has puesto a tu hija un nombre griego?


–Sí –respondió ella, consciente de que no sabía por qué lo había hecho–. Solo porque me parecía un nombre bonito.


–Tonterías. Tú eres medio griega. Y Oli, tres cuartos griega. Ambas tienen sangre griega corriendo por sus venas. Eso no lo puedes evitar.


–No, pero…


–Grecia siempre será parte de tu vida, lo quieras o no. Y yo seré parte de la vida de Oli.


–¿Qué quieres decir con eso? –preguntó Paula, asustada.


–Quiero decir que no quiero seguir perdiéndome la vida de mi hija. Que voy a llevarme a Olivia a Thalassa conmigo.


–¡No! No, Pedro, no puedes…


–Sí que puedo, Paula. Puede venir sola o la puedes acompañar. Tú decides. En cualquiera de los dos casos, mi hija volverá a Thalassa conmigo.

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