miércoles, 1 de febrero de 2023

Venganza: Capítulo 17

Era cierto, se sentía culpable, pero no por el motivo que Pedro pensaba, sino por Olivia. Sabía que tenía que contarle que tenía una hija, pero no era el momento ni el lugar. Y no tenía las  fuerzas necesarias.


–Tal vez estés confundiendo mi expresión –le contestó–. No es de culpabilidad, sino de vergüenza.


–Llámalo como quieras –respondió él, acercándose más–. En cualquier caso, me alegra ver que aceptas la responsabilidad de tus actos.


–Por supuesto. Por mucho que quiera olvidar lo que acaba de ocurrir entre nosotros, no puedo. Y me da vergüenza haber permitido que me tocases, que me violases.


–¡Ja! –él se rio con crueldad–. ¿Te he violado? ¿Ha sido antes o después de que te abrazaras a mí y gritases mi nombre?


–¡Te odio!


–Sí, sí, ya me lo has dicho. ¿A quién intentas convencer? ¿A mí o a tí? Porque deberías saber que me da igual.


Entrecerró los ojos, pensativo, y después añadió:


–¿O acaso hay otro motivo por el que estás tan desesperada por salir de aquí? –inquirió–. ¿Sales con alguien? ¿Tienes novio, o un amante?


–Eso no es asunto tuyo –le dijo Paula.


–¿Es ese el motivo por el que no eres capaz de mirarme a los ojos? –insistió Pedro–. ¿Es por eso por lo que quieres, a toda costa, ponerme el cartel de malo de la historia?


–No. No tiene nada que ver con eso.


–Entonces, dime que no es verdad.


La agarró con fuerza por la muñeca.


–Muy bien –respondió ella con indignación–. No tengo ningún amante.


–¿Y novio? ¿Tienes pareja?


–No, nada de eso. Ahora, déjame marchar.


–Entonces, ¿Qué es? Dímelo. Puedo ver en tus ojos que hay algo, Paula.


Ella dudó.


–No tengo ningún amante –insistió–, pero tengo una hija.


–¿Una hija? –repitió él, soltándole el brazo como si le quemase–. ¿Tienes una hija?


–Sí. Tengo una hija de cuatro años y medio.


Hizo una pausa. Tomó aire.


–Y tú, Pedro, también.


Pedro miró a Paula, inmóvil, horrorizado. No podía ser verdad. No era posible que tuviese un hijo. Aunque en el fondo sabía que sí. Habían tenido sexo… Sin protección. Lo recordaba perfectamente. Intentó controlar sus emociones y pensar. Paula era una manipuladora, eso ya lo sabía. ¿Cómo podía estar seguro de que no se estaba inventando aquello? Tal vez ni siquiera tuviese una hija, o que la tuviese, pero que no fuese suya. Pero la creyese o no, el gesto del rostro de Paula lo decía todo. Parecía sentirse mal, estaba muy pálida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario