lunes, 15 de febrero de 2021

Enemigos: Capítulo 21

 –¿Qué pasa, te has cansado de Los Ángeles y has decidido volver a casa? – dijo Pedro pinchándola. 


–¿Para qué voy a volver a casa? ¿Para que mis hermanos no dejen dedarme órdenes? –se acercó más, sus ojos, al igual que los de su hermano, se encendieron.


–Que me aspen, si no echo de menos fastidiarte –respondió el, y le dió un gran abrazo–. Me alegro de tenerte aquí, Caro.


–Se está bien de vuelta en casa –se soltó del abrazo–. Aunque sólo sea para el fin de semana.


Pedro miró por detrás de su hermana.


–¿Quién es ese chico?


–Ah, perdóname, es Rodrigo –lo llamó para que fuera junto a ellos e hizo las presentaciones.


Rodrigo sonrió y le tendió la mano con entusiasmo.


–Encantado de conocerte, Pedro. Caro habla tanto de su familia que es como si los conociera a todos.


Pedro estrechó su mano, preguntándose si ese chico era el novio de Carolina. Hizo que Paula se pusiera a su lado.


–Caro, te acordarás de Paula Chaves. Ha vuelto y está trabajando en el proyecto Paradise conmigo. Paula, mi hermana, Carolina, y su amigo, Diego.


Carolina echó a su hermano una sonrisa pícara, como pidiendo saber más. Después de las presentaciones, apareció Federico y se sumó al grupo.


–Bueno, hermanita, ya estamos todos reunidos. ¿Vas a decirnos ahora qué noticias tienes?


Carolina sonrió. Inmediatamente Pedro dirigió la mirada hacia la mano izquierda de su hermana, esperando encontrar un anillo de compromiso. Pero no llevaba nada. Se sintió aliviado.


–Bueno, he traído a Diego conmigo porque quería conocer el rancho. Está verificando algunos emplazamientos.


–¿Emplazamientos para qué?


–Diego hace películas. Diego Michaels Productions –iba a estallar si no lo soltaba–. He vendido mi guión, El Haven de los Alfonso.


La madre de ellos dió un grito ahogado por la emoción.


–Oh, Caro, eso es maravilloso. Sé lo mucho que has trabajado en ello.


–Te felicito, hermana –Pedro la abrazó otra vez, al mismo tiempo que recordaba que durante años Carolina había estado investigando en profundidad el asentamiento de los Alfonso en la zona.


Después la felicitaron los demás.


–La empresa de Diego ha comprado los derechos cinematográficos de El Haven de los Alfonso.


El grupo parecía pasmado al escuchar a Carolina contar los detalles.


–Quiere empezar la producción en pocos meses –miró a Federico–. Piensa que el rancho Double A es el lugar idóneo para filmar mi historia. 

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