miércoles, 1 de diciembre de 2021

Tuyo Es Mi Corazón: Capítulo 77

Paula se despertó sobresaltada.


–El plazo de entrega. ¿Dónde está? ¿Qué has hecho con ese trozo de papel?


Pedro la acurrucó contra su pecho.


–No puedo levantarme –dijo con voz somnolienta–. Te sentirías rechazada.


–No te burles de mí. Estoy hablando en serio. Quizá no pierda mi trabajo si entrego el artículo a tiempo.


Pedro se estiró en la cama y se echó a reír. Paula no fue capaz de contener un pequeño estremecimiento.


–Eso no es justo –continuó ella–. Nunca había tenido un trabajo como este. Quiero hacer las cosas bien –pero se volvió hacia él y lo besó largamente antes de levantarse de la cama.


Complacido, Pedro vió la ropa esparcida por el suelo y sonrió al recordar cómo habían llegado hasta allí.


–Ya veo que voy a ser un marido negligente –comentó él provocativamente.


Paula regresó con una hoja arrugada y el ordenador portátil de Pedro.


–Vas a ser un marido que me apoye en mi trabajo –dijo con firmeza. Le colocó el ordenador en el pecho–. Tendrás que conectarme esto.


Pedro soltó una carcajada y puso el ordenador en funcionamiento.


–Solo me quieres por mis habilidades como informático –se quejó.


Paula lo miró con los ojos desbordantes de amor.


–Te quiero por absolutamente todas las razones. Pero obviamente, tus habilidades informáticas son un plus –lo miró a los ojos–. Te amo.


Pedro cerró su mano sobre la de ella.


–Yo también te quiero. Haremos esto juntos, ¿Verdad? –estaba hablando de algo más que de su trabajo y ambos lo sabían.


–Sí –dijo Paula, confiadamente.


Pero también estaba hablando de su trabajo, puesto que la contribución final había sido idea de él. De modo que permanecieron sentados agarrados de la mano, con el ordenador balanceándose precariamente sobre sus rodillas, tecleando el mensaje alternativamente. Tuvieron algunas discusiones sobre los signos de puntuación. Pero la dirimieron con un largo beso. La pantalla se había oscurecido, esperando a la última frase, cuando Paula volvió a mirar al ordenador.


–Piensa en tu carrera –le dijo Pedro–. Piensa en tu trabajo.


Paula soltó una carcajada.


–Lo terminaré y tú enviarás el mensaje, ¿De acuerdo?


–De acuerdo.


Paula completó el párrafo final y lo leyó.


Dos días después, todo el equipo editorial leía la última frase del párrafo final y se mostraba de acuerdo en aceptar la propuesta de Caruso. Decía así:  "Lectoras, lectores: Me casé con él".









FIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario