lunes, 6 de diciembre de 2021

Seducción: Capítulo 9

Después de una conversación en la que ella apenas entendió nada, él se apartó el teléfono de la oreja y le dijo:


—¿Quieres hablar con mi madre?


Paula lo miró horrorizada. ¿Su madre? ¿Para qué narices iba a querer ella hablar con su madre? ¿Y qué le diría?


—Pues no, la verdad —dijo ella negando vehementemente con la cabeza.


Pedro dijo algo más en italiano y cerró el móvil.


—O sea, que los viejos resentimientos siguen vivos —comentó él clavándole los ojos con una intensidad que la asustó. 


—¿De qué estás hablando?


—De que no quieras hablar con mi madre.


Oh, aquello era incomprensible. Ella sólo quería un par de horas de agradable conversación con un desconocido, y nada más. Nadie había hablado de conversaciones con madres ni nada por el estilo. Y ahora estaba empezando a sentirse bastante molesta. Mejor dicho, muy molesta.


—¿De qué iba yo a hablar con tu madre? —preguntó ella acaloradamente—. Aunque supongo que podría hacerle una crítica de cómo se porta su hijo en una cita a ciegas. Aunque no quisiera ofender tan pronto.


Pedro se echó a reír mientras la observaba divertido.


—Escucha —dijo él después poniéndose serio—. No sé de quién estaba hablando, pero dice que alguien le ha llamado y ha dejado un mensaje diciendo que he llegado tarde a la cita, pero yo no he llegado tarde, he sido muy puntual.


Paula le sostuvo la mirada.


—Has llegado tarde.


Pedro frunció el ceño.


—¿O sea, que le has llamado para quejarte de que no he llegado tan pronto como tú?


—Yo no he llamado a nadie.


Ni tampoco hubiera podido hacerlo. De repente recordó que se había dejado el móvil cargando en la encimera de la cocina, y se sintió desnuda y desprotegida. Todas las chicas necesitaban un buen teléfono, sobre todo cuando quedaban con desconocidos tan desconcertantes.


—Pues alguien se ha enterado y ha llamado a mi madre.


A Paula empezaba a darle todo vueltas. Aquella cita era cada vez más surrealista.


—A ver si te he entendido bien. Tu madre está en Italia, ¿No? ¿Por qué le preocupa tanto que llegues puntual o no a una cita?


Él esbozó una lenta sonrisa, y Paula tuvo que reconocer que tenía un atractivo muy masculino. Y muy sensual.


—Porque quiere que todos nos llevemos bien, como en los viejos tiempos —dijo él arrastrando las palabras. 

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