lunes, 6 de diciembre de 2021

Seducción: Capítulo 7

 —Estoy segura de que Patricia Jesica es como tus amigas —continuó su madre blandiendo la carta que había recibido de la hija de su antigua amiga—. Aún tengo contactos en Texas para estar al tanto de lo que ocurre. A esa chica lo único que le interesa es la última moda y si el carmín de labios que lleva le hace la boca más deseable. ¿Te suena?


—¿Has estado escuchando mis conversaciones telefónicas? —había bromeado él.


Su madre se limitó a poner los ojos en blanco.


—¿Es que no lo entiendes, mamá? —le había dicho él sin molestarse—. No salgo con mujeres por su conversación.


—Entonces seguro que te llevas perfectamente con la joven Keller — había concluido Ana con una sonrisa—. Aunque me extraña que se haya puesto en contacto conmigo después de todos estos años.


—Por suerte, yo me voy a Dallas dentro de unos días y veré qué es lo que quiere.


—Dinero —dijo su madre con un suspiro, sacudiendo la cabeza de rizos canosos—. Sé que tiene serios problemas económicos. Sus padres han muerto y ella ha terminado con lo poco que le dejaron. Sin duda cree que tú serás su cajero automático sin fondo.


—Muy interesante —había murmurado él—. ¿Crees que todavía tiene el rancho?


—Oh, sí, ella nunca venderá el rancho. Pero seguramente necesita dinero para mantenerlo.


—¿Crees que querrá un préstamo?


Su madre soltó una carcajada.


—No, no lo creo. No podría devolverlo —Ana sonrió a su hijo—. En su carta pregunta un montón de cosas sobre tí. En mi opinión, creo que intentará casarse contigo.


—Muchas lo han intentado —le recordó él medio en broma.


—Pero ninguna lo ha conseguido —asintió la madre con un suspiro.


—Llámala —le dijo Pedro mientras empezaba a diseñar un plan para recuperar el rancho con el que su madre llevaba tantos años soñando—. Que no venga aquí, pero dile que yo estaré en Dallas y que me gustaría conocerla. Conciértame una cita con ella.


Su madre asintió con suspicacia.


—¿Qué estás tramando?


Pedro le sonrió.


—Mamá, tú sabes que mi especialidad es la adquisición de propiedades. Pienso convencerla para que nos venda el rancho que tanto quieres.


Los ojos femeninos brillaron durante un momento, pero la mujer negó con la cabeza.


—No te lo venderá nunca.


Pedro se encogió de hombros.


—Eso lo veremos.


—Oh, Pedro, ten cuidado. No dejes que te seduzca. Si es como su madre…


Pedro depositó un beso en la cabeza de su madre y se dirigió hacia la puerta.


—No te preocupes —le dijo con un guiño.


Pero su madre tenía una mirada triste y distante, y Pedro se dió cuenta de que estaba pensando en Leonardo, su hermano mayor, fallecido hacía unos meses. Eso aumentó su determinación a hacer lo que fuera para devolverle la alegría. Lo que fuera. Y ésa era la misión que lo había llevado a Dallas. 

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