lunes, 1 de abril de 2019

Cenicienta: Capítulo 55

Él sacudió la cabeza.

–No podía dejar que lo dijeras. Pensaba que eso lo estropearía todo entre nosotros, que nos impediría ser felices en nuestro matrimonio.

Paula sentía que la cabeza le daba vueltas. Pedro no sabía nada de su familia. Todas esas semanas que habían estado casados… Llevaba todo ese tiempo creyendo que él era demasiado bueno como para reprocharle nada, lo bastante generoso para perdonar y olvidar. Pero en realidad no sabía nada. Todavía no lo sabía.

–Pero ahora… No sé qué pensar –le dijo Pedro–. No sé si soy capaz de amar a nadie, Paula –apretando la mandíbula, apartó la vista–. Cuando tenía diecinueve años, toda la gente en la que confiaba me traicionó. La mujer a la que creía amar me dijo que estaba embarazada de otro hombre. Mi padre murió después de pasarse media vida ignorándome. Y después mi madre… –respiró hondo–. Me dijo que yo no era su hijo.

–¿Qué? –Paula soltó el aliento de golpe.

–En su segundo año de matrimonio, ya había empezado a odiarle. Tuvo una pequeña aventura y se quedó embarazada de mí. Mi padre nunca lo supo. Murió pensando que yo era su hijo, y no me dejó nada más que deudas y un número indeterminado de medios hermanos por todo el mundo.

Un profundo dolor brillaba en sus ojos oscuros. Nunca le había visto sincerarse tanto.

–Lo siento –le dijo ella, rodeándole con sus brazos–. ¿Quién es tu verdadero padre?

Él apartó la vista.

–Alguien a quien nunca me gustaría conocer.

–Lo siento –dijo ella. Le besó en los labios, en las mejillas, la barbilla, los hombros… Esa era su manera de ofrecerle consuelo–. Lo siento mucho –añadió. Amargas lágrimas corrían por sus mejillas–. Pero ahora yo soy tu familia.

–No sé si puedo quererte, Paula –le dijo él en voz baja–. Pero si alguna vez pudiera amar a una mujer… Serías tú.

El corazón de Paula se detuvo un momento y luego empezó a latir a toda velocidad.

–¿Sí?

–Tú has sido la primera mujer en la que he confiado en mucho, mucho tiempo –le dijo él, acariciándole la mejilla–. Porque sé que tú jamás me mentirías, en nada.


Un temblor la recorrió por dentro. ¿Cómo iba a decirle lo de su familia? ¿Cómo iba a explicarle que aquella inofensiva omisión de información para conseguir un empleo se había convertido en una gran mentira con el paso de los meses? Pero tenía que hacerlo. Encontraría el momento adecuado…

2 comentarios:

  1. Que situación tan complicada!! Tiene que decirle la verdad cuanto antes...

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  2. Estoy casi segura que Paula tiene padres ricos que no querían que trabaje y por eso mintió y sabe hacer tan lindas joyad, la que se viene 😐, hermosa historia igusl

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