miércoles, 28 de diciembre de 2016

Identidad Secreta: Capítulo 15

—Qué nombre tan bonito —«Olivia…», repitió él con los ojos cerrados.

—Gracias. Me lo pusieron por mi padre, Fernando, a él siempre le gustó ese nombre. Murió antes de que yo naciera.

—Me alegro de que tu madre esté bien —consiguió decir mientras se cubría el rostro con las manos—. ¿Te has quedado todo el tiempo con ella?

—Sí. Mis abuelos querían que fuera al hotel con ellos, pero mami necesita mi ayuda.

—Tiene mucha suerte de tener una hija que la quiere tanto. ¿Crees que podrá hablar conmigo más tarde?

—Si espera, lo preguntaré.

—De acuerdo. Muchas gracias.

—De nada. ¡Qué niña tan increíblemente educada y encantadora! Se notaba que había recibido la educación de su madre. Y pensar que era sangre de su sangre… Se sentía estallar de orgullo.

—¿Guardabosque Alfonso? —la niña había vuelto a ponerse al teléfono.

—Sigo aquí.

—Mami está con la enfermera. Dice que si deja su número, ella lo llamará en diez minutos.

Al parecer, Paula había decidido enfrentarse a él. Eso le hizo sentir miedo. Ya no tenía veinte años. Era una mujer de treinta y un años que había ejercido de cabeza de familia durante diez y que había creado una vida maravillosa para ella y su hija, Olivia.

—¿Tienes algo con que escribir?

 —Sí. Adelante, por favor.

Él consiguió sonreír a pesar de las lágrimas y le dio el número a su hija. Era la secretaria perfecta, muy madura a pesar de su edad. ¿Quién podría culparla después de casi haber perdido a su madre? Chase se estremeció al pensar en Paula tan cerca de la muerte.

—Se lo repetiré —Olivia lo había apuntado bien—. No se preocupe. No se olvidará de llamarlo. Dice que fue rescatada por unos ángeles.

—Gracias, Olivia. Esperaré su llamada.

—Muy bien. Adiós. Gracias por ayudar a mi mamá.

Colgó antes de que él pudiera añadir nada más. Pedro se dejó caer en la silla más cercana, agitado y conmovido por la primera conversación mantenida con su único retoño.


¿El guardabosque Alfonso quería que ella lo llamara?

Además de las flores enviadas por sus amigos y compañeros de trabajo, había recibido dos maravillosos centros de flores del superintendente del parque y del jefe de los guardabosques, deseándole una plena y pronta recuperación. ¿A que venía la llamada de ese guardabosque? A no ser que se tratara de una llamada oficial de seguimiento, cortesía del parque hacia cualquiera que sufriera un accidente en el recinto… No conocía el protocolo del parque y no lo sabía con certeza. Al final llegó a la conclusión de que, si no era política del parque, tenía que haber sido cosa de Fernando. Habría telefoneado para intentar averiguar qué iba a hacer. ¡Cómo le habría gustado verle la cara al descubrir que hablaba con su propia hija! Cualquier otra persona habría estado a punto de sufrir un infarto, pero dado que Fernando era capaz de mostrar la peor crueldad, por sus venas sólo podía correr el nitrógeno líquido. El efecto de la anestesia había desaparecido, sustituido por una enorme ira junto con los dolores que empezaba a sentir por todo el cuerpo. La ponía furiosa pensar en la posibilidad de que Fernando hubiera hablado con su dulce e inocente niña. No tenía derecho a hablar con ella, no se lo merecía, ¡Y mucho menos acercarse a ella! Tras la ducha, la enfermera la había ayudado a vestirse antes de que Olivia tomara el mando. Puso pasta de dientes en el cepillo de su madre y luego le secó los cabellos.

—Gracias, cariño. No sé qué haría sin tí—Paula la abrazó. Luego se sentó en una silla para que su hija pudiera peinarla y hacerle una coleta—. Esto es un lujo.

Olivia rió mientras arreglaba a su madre, con cuidado de no tocar la zona de los puntos. Siempre habían estado muy unidas, pero el accidente había fortalecido aún más los lazos.

—Ya está —la niña sujetó la coleta con una goma.

—Has hecho un trabajo perfecto. Te quiero.

—Yo también te quiero —se acercó hasta la mesilla junto a la cama y regresó con el móvil y un cuaderno—. Ya puedes llamar al guardabosque.

Lo haría delante de su hija. Independientemente de quién contestara, su hija jamás notaría algo fuera de lo normal. Sus padres estaban a punto de recogerlas para llevarlas a su casa y esperaba que se tratara de Fernando para poder acabar con aquello de una vez. Marcó los números y esperó a que descolgara.

—Guardabosque Alfonso.

No había contado con el efecto que producía en ella la voz de Fernando. Los recuerdos que tanto intentaba suprimir regresaron de golpe.


1 comentario:

  1. Geniales estos capítulos!!! Ojalá Pedro tenga oportunidad de aclarar todo!

    ResponderEliminar