lunes, 9 de febrero de 2015

Una Cita con el Amor: Capítulo 2

El sonido de mi celular me sacó de esas cavilaciones, me levanté y tomé mi bolso que había dejado en el mueble junto a la puerta, empecé a buscarlo y entonces encontré con que entretenerme un rato, mi bolso era un completo desorden. Justo cuando tomé el celular dejé de sonar, era Rosa, al menos este año lo recordó, pero la verdad no tenía ganas de escuchar a mi alocada madre, así que volví a sentarme en el comedor y me preparé otro vodka con jugo.
Vacié todo el contenido de mi bolso sobre la mesa, había un gran surtido, boletos de cine, notas de restaurantes, servilletas, mentas, plumas, labiales, tarjetas, así que empecé a seleccionar lo que podría servirme y lo que era basura. De pronto, una servilleta con algo escrito llamó mi atención, era un número de celular y una frase escrita debajo, “Clave: ¿Estás libre esta noche?”, entonces recordé la plática fortuita que había tenido con una chica en el baño de aquel bar al que fui con unos compañeros de la oficina tres semanas atrás. Ya con unas copas encima me quejé de la poca atención de mi novio, ella sacó una servilleta y anotó esos datos, “no te vas a arrepentir, sólo di la clave y entrarás al paraíso, el chico es un dios y te aseguro que te dejará sin sentido”.
Mire fijamente la servilleta, releí varias veces el número y la frase, era una locura, citar a un completo desconocido tan sólo por la inmensa soledad que sentía y, además con qué fines, no iríamos a cenar precisamente, esa chica me había dejado muy claras cuales eran las habilidades de su “amigo”, como lo llamó. ¿Y qué más daba hacer una locura en mi cumpleaños?, siempre he sido una chica muy correcta, ni siquiera me fui de pinta en la escuela y siempre tenía las mejores calificaciones, nunca les había dado un dolor de cabeza a mis padres y mi jefe siempre alababa mi sentido de la responsabilidad, así que al diablo con todo, tenía derecho a divertirme, además ya estaba maquillada y arreglada.
Nerviosa tomé mi celular, digité los números, pero al momento de presionar el botón de llamar me acobardé y entonces terminé presionando el de colgar, repetí el mismo procedimiento varias veces mientras mi corazón se aceleraba con cada intento. Bebí el último trago de la bebida y me dio el valor que me faltaba, así que finalmente presioné el botón de llamar mientras sentía los latidos de mi corazón en la garganta y hasta podía escucharlos. Timbró una vez, dos, tres, pero, ¿en qué estaba pensando?, era martes y seguramente él tenía una vida y asuntos que atender, estaba por colgar cuando una hermosa voz aterciopelada me dijo “hola”, me quedé muda, mis manos sudaban y creo que todo mi cuerpo temblaba por los nervios, “hola”, volvió a decir el extraño ahora con un tono más sensual.

7 comentarios:

  1. que gran comienzo.. ah(? genial los capitulos!

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  3. Que comienzo!!!! qué es Pedro??? algo así como un gato??? jajaja decime que no cobra por los favores!

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  4. Guauuuu que buen comienzo... me gusta.. y Facundo, ya les digo q No me simpatiza ¡ jajajajajajja

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