lunes, 2 de febrero de 2015

Eternamente Juntos: Capítulo 47

Paula sacudió la cabeza, aún sin mirarle. Pedro se acercó de nuevo a la cama, le alzó la barbilla y la obligó a mirarle a los ojos.
—Haré que te traigan un coche lo antes posible —dijo él—. Puedes disponer de él el tiempo que quieras.
—No quiero un coche, Pedro. No me parece bien —respondió Paula.
Pedro se enderezó.
—Considéralo un pago por los servicios prestados —dijo él pasando los ojos por su cuerpo.
Los ojos de Paula echaron chispas de furia.
—Lo que has dicho es repugnante.
Pedro arqueó las cejas.
—Pero acertado, ¿no?
—No —respondió ella cerrando las manos en dos puños—. La única razón por la que me he acostado contigo es por…
—¿Por qué, Paula? ¿Por recordar viejos tiempos?
Paula  se pasó la lengua por los labios.
—Sabes perfectamente por qué lo he hecho —dijo ella en voz baja.
—Porque no has podido resistirlo, ¿verdad? —Pedro esbozó una sonrisa burlona—. Porque eres una mujer a quien le resulta difícil saciarse sexualmente y siempre estás a la búsqueda de alguien con quien acostarte, ¿no?
—No, no es eso en absoluto.
Pedro dió un paso en dirección al cuarto de baño.
—No tengo problemas en tenerte ocupada durante las seis próximas semanas, incluso un par de meses; pero, después de eso, nos divorciamos.
—No voy a volver a acostarme contigo —declaró Paula  alzando la barbilla con gesto desafiante antes de taparse la cabeza con la sábana.
Pedro, riendo, fue al cuarto de baño y cerró la puerta tras de sí.
Después de que Pedro se marchara a trabajar y antes de levantarse, una idea acudió a la mente de Paula . La rechazó al instante, no quería pensar, ni por un momento, que Facundo, intencionadamente, hubiera querido destruir su reputación y su matrimonio. Sin embargo, la idea seguía ahí. Sí, le había hablado de sus problemas a Facundo en numerosas ocasiones durante los primeros meses de su matrimonio, le había confesado que sospechaba que Pedro le era infiel durante sus viajes de trabajo, y Facundo siempre se había mostrado comprensivo con ella. No tenía razón para creer que podría traicionarla cuando llevaba siendo amigo íntimo suyo tanto tiempo.
Pero ya no tenía tanta confianza con Facundo como en el pasado, se recordó a sí misma con pesar. Facundo se había convertido en un extraño, hacía semanas que no sabía nada de él.
Sin embargo, Paula sabía que Facundo tenía derecho a saber que, en caso de estar embarazada, él era uno de los dos hombres que podían ser el padre de la criatura.
De camino a la escuela, iba a comprar el aparato para hacerse la prueba del embarazo… Y también iba a llamar a Facundo.

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