domingo, 22 de febrero de 2015

Una Cita con el Amor: Capítulo 40

Me excusé con Luciana al ver que caminaban directamente a ella y me fui a meter a la cocina, con el pretexto de ver si ya tenían listos más bocadillos. Me quedé ahí varios minutos hasta que escuché que el maestro de ceremonias le pedía a la audiencia que tomaran asiento porque estaba por empezar el desfile. Salí a ocupar mi lugar y en el camino me atajó Jennifer.
– Paula, ¡que sorpresa verte aquí!, ¿y Facundo? – exclamó abrazándome.
– No pudo venir, está en un viaje de negocios – respondí al separarnos.
– Ese hombre no cambia, no sabía que eras amiga de Luciana.
– No lo soy, yo trabajo en la agencia de publicidad que organizó toda la promoción del evento y de la línea de ropa.
– ¿En serio?, ¿eres la responsable de los espectaculares que hay en la calle?, te felicito, están geniales.
– Bueno, en realidad mi compañera Geraldine es la que lleva la cuenta, yo sólo estoy como apoyo.
– Buenas noches – dijo Pedro parándose a su lado y pasé saliva al verlo.
– Buenas noches – respondí con voz ronca por la impresión.
–No pensé encontrarte aquí – agregó extendiéndome la mano para saludarme.
– Soy una de las encargadas de la logística del evento – dije estrechándole la mano que me acarició sutilmente con su dedo pulgar.
– Felicidades, el salón luce de maravilla – dijo mirándome de pies a cabeza.
– Gracias, pasemos a tomar asiento, el desfile ya va a comenzar – agregué nerviosa soltando mi mano de la prisión de la suya.
Me senté en una fila delante de ellos, en diagonal, el presentador anunció a Luciana y ella subió y dio las palabras de bienvenida, agradeció a todos los presentes, incluida su familia y su prometido Gastón Hale, ahí supe porque su rostro me era familiar, era hermano de Rosa, vaya sorpresa, supuse que por ella lo conoció.
El desfile dió inicio y yo sentía las insistentes miradas de Pedro, eso me ponía más nerviosa y cuando volteaba a mirarlo me sonreía seductoramente. Hubo un momento en el que ya no resistí y hui de ahí, me metí a la bodega que se había adecuado como vestidor para las modelos y en la cual había un caos con gente entrando y saliendo. Me senté en un sofá, que había en una esquina, tratando de guardar la compostura, puse mis codos sobre mis rodillas y me llevé las manos a la cara cubriéndome los ojos.

3 comentarios:

  1. Ayyyyyyyyyy, me quedé con ganas de más Naty. Me tiene fascinada esta novela nena.

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  2. Ahh! Me puse al dia, pero no la podes dejar ahí!!
    Quiero el próximo...

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  3. Muy buenos los 3 capítulos!!! Yo también quiero saber qué pasa!

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