sábado, 21 de febrero de 2015

Una Cita con el Amor: Capítulo 35

– Ni modo, tú te lo pierdes – dijo Jennifer sonriendo – en verdad me dió mucho gusto conocerte – agregó mientras yo pensaba si le daría el mismo gusto saber que me había revolcado con su novio en más de una ocasión.
– El trabajo es primero, ya habrá oportunidad de convivir en otra ocasión – intervino Facundo haciendo que yo entrara en pánico, no, yo no podía volver a convivir con ellos.
– Viejo, es bueno trabajar, pero no olvidándose de la diversión – dijo Pedro mirándome.
– Tú porque eres millonario, pero uno que es un simple mortal tiene que echarle todas las ganas al trabajo para conseguir lo que uno quiere – rebatió Facundo.
– El dinero no lo es todo Facundo, hay que darse tiempo para los placeres que la vida nos da , ¿tú qué opinas… Pau?
– Que la vida es un equilibrio – repetí desviando mi mirada.
– ¿Lo ves Facundo?, no todo puede ser trabajo.
– Tienes razón Pedro, tienes razón, otro día vamos a cenar.
– Un viernes por ejemplo, para así no tener que levantarse temprano al otro día – propuso Jennifer que sostenía a Pedro de un brazo.
– Claro – dijo Facundo titubeante.
Nos despedimos, Jennifer volvió a abrazarme mientras Facundo y Pedro hacían lo mismo, definitivamente algo le debía a la vida y ahora me lo estaba cobrando muy caro. Me despedí de mano de Pedro que me regaló otra de sus sonrisas y abracé a Facundo mientras caminábamos al auto. Agradecía que al fin pudiéramos estar solos porque así podría buscar las respuestas que Pedro no me daría.
– ¿Son geniales, verdad? – exclamó Facundo al subir al auto, que bueno que él había sacado el tema, así no me vería tan obvia en mis preguntas.
– Sí, ¿cómo fue que los conociste?
– Hace un par de semanas, Pedro fue a la casa de bolsa y ya sabes cómo es Gerardo, de inmediato me lo mandó, estuvimos hablando de negocios y el día que firmamos el contrato fuimos a cenar y llevó a Jennifer.
– ¿Es su novia?
– Pues a mí me la presentó como su amiga, creo que se conocen hace muchos años, pero quizá son amigos con derechos.
– Quizá – dije mientras miraba hacia la noche.

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