viernes, 6 de febrero de 2015

Eternamente Juntos: Capítulo 56

—He decidido que vamos a seguir casados el tiempo que yo decida —contestó él con decisión.
—Esto es una locura.
—Quizá lo sea, pero estoy disfrutando esta locura —comentó él agarrándola y atrayéndola hacia sí—. Puede que ya no estemos enamorados, pero aún nos deseamos.
—¿Y qué va a decir tu amante cuando se entere? —preguntó ella con mirada colérica.
—Tendrá que aceptarlo —respondió él.
—No te importa herir los sentimientos de ella o de cualquier otra mujer, ¿verdad? Lo único que te im¬porta es lo que tú quieres.
—Lo que quiero es a tí, Paula, y eso es lo único que me importa en estos momentos.
—Lo que quieres es que pague mi infidelidad, eso es lo que quieres —dijo ella con amargura.
—¿Te parece extraño? Fuiste tú quien destrozó nuestro futuro.
—No lo habría hecho si me hubiera sentido más segura en mi matrimonio —contestó Paula.
—Eso es una tontería —dijo Pedro con enfado—. Estaba trabajando para lograr que nuestra vida tuviera una base sólida, deberías haberte dado cuenta de ello en vez de comportarte como una niña mimada. Te adoraba, Paula. Eras mi vida entera.
Los ojos de ella se llenaron de lágrimas.
—Y tú la mía… Te quería tanto… Aún te quiero.
Al instante, Pedro la soltó. Su expresión se convirtió en una máscara.
—En ese caso, tienes una forma extraña de demostrarlo.
Paula le miró con expresión atormentada.
—¿Sientes algo por mí, Pedro… a pesar de lo que hice?
Pedro tardó unos segundos en contestar y no fue la respuesta que ella esperaba.
—Si lo que quieres es una declaración de amor, vas a llevarte una desilusión —contestó Pedro—. No siento amor por ninguna mujer y menos por tí. Desde tu infidelidad, mis relaciones han sido puramente carnales, nada más. Debo darte las gracias por la lección; aunque, por supuesto, debería haberla aprendido mucho antes, con lo que hizo mi madre. Mi madre utilizó a mi padre igual que tú lo has hecho conmigo.
A Paula se le encogió el corazón al perder la esperanza.
—Comprendo tu amargura; de haber ocurrido al contrario, yo estaría igual que tú —dijo ella—. Pero… ¿no puedes perdonarme?
—No, no puedo —respondió Pedro con mirada dura.
—En ese caso, no tiene sentido seguir hablando —dijo ella con un nudo en la garganta.
—¿Es por eso por lo que te has entregado a mí con tanta facilidad? —le preguntó Pedro tras una tensa pausa—. ¿Para que volviera a aceptarte en mi vida?
Ella le miró con expresión aturdida.
—¡No, claro que no! Me puse en contacto contigo por los chicos.
—¿Lo planeaste con ellos? —preguntó Pedro con mirada recelosa.
—¿Qué estás diciendo?
—No te hagas la inocente, Paula. Debería haberlo supuesto.
—¿Qué?
La expresión de Pedro mostró un profundo desdén.
—No te gustaba cómo iba el divorcio, así que decidiste crear una situación que nos obligara a estar juntos con la esperanza de ablandarme para cuando llegara el momento final del divorcio.
—¡Eso no es verdad! ¡Yo no he planeado nada!
—Debo admitir que me impresiona el lavado de cerebro que le has hecho a Bruno —continuó Pedro—. Desde luego, está representando muy bien su papel.
—Yo no sabía nada del problema de los chicos hasta que mi madre me llamó y me lo dijo —declaró Paula—. Gonzalo no me había contado nada.
—Vamos, Paula, ¿esperas que me crea eso después del teatro de esta noche?
Confusa, Paula se lo quedó mirando.
—¿Qué teatro?
—Bruno sabía demasiado —contestó Pedro—. Sabía que habías estado en contacto con Pieres, ¿por qué si no iba a mencionar tu teléfono móvil y luego iba a traérmelo para que viera el mensaje de tu amante?
—Ha debido de sospechar algo. No sé…
—Bruno te quería mucho —continuó Pedro—. Hasta lo de tu infidelidad, pensaba que tú eras lo mejor de mi vida.
—Lo sé —Paula, avergonzada, bajó la cabeza.
—¿Así que niegas haberte confabulado con los chicos? —preguntó Pedro después de otro silencio.
—Sí, claro que lo niego. Me sorprendió tanto como a tí que ya no fueran amigos.
Pedro la miró fijamente durante unos segundos eternos.
—Yo no me he confabulado con nadie, Pedro —dijo Paula—. ¿Por qué iba yo a pedirle a Bruno que me insultara como lo ha hecho?

No hay comentarios:

Publicar un comentario