miércoles, 31 de diciembre de 2014

Una Dulce Inocencia: Capítulo 53

- ¿Me quieres?.- pregunté de la misma forma que lo había hecho otras veces.
- Sí.- susurró. Sonreí ante su respuesta y ella lo hizo en forma pequeña.
- Entonces ¿Qué pasa preciosa?.- le pregunté. Y me di un impulso para preguntar lo que más temía.- ¿No quieres que… sea tu papá?.- consulté con temor impregnado en mi voz.
- Si quiedo.- pronunció quedito. Expulsé todo el aire retenido de golpe.
- ¿Y por qué haz reaccionado así bebé?.- le consultó Paula y sus ojitos volvieron a aguarse
- Podque yo pensé que estaba bien.- terminó hipando.
- ¿Estaba bien que no le dieras un beso o un abrazo princesa?.- volvió a preguntar Lourdes, a lo que ella asintió.
- A pa…- cortó de inmediato la frase. Y algo me decía que sabía mas menos lo que oiría.- A James y Félix, no les gustaba que yo me juntada con ellos y menos que los abdazada.- rompió a llorar y no pude mas que seguirla.
¿Cómo **** era posible que una mujer dejase pasar eso? Ni siquiera podía llamarla perra, porque ofendía a ese animal. Hasta ella era más madre que esa bruja. Se me nubló la vista y pasé el dorso de mi mano por mis ojos y mi cara. Paula no estaba mejor que yo y lloraba en forma silenciosa aferrando a mi hija en sus brazos…ella era tan…tan madre, sin siquiera experimentarlo… Me acerqué más a ella y tomé suave los brazos de Lulu, no fue necesario usar fuera… Se soltó de Paula y me quedó mirando con sus ojos como un cachorrito…
- Yo si… quiero un abrazo.- logré decir.- ¿Me lo darías?.
- Sí.- sonrió y se acercó despacio a mí.
Una vez que su pequeño cuerpecito estuvo en contacto el mío, enterré mi cara en sus cabellos y solté todo lo que tenía. Ella se aferró de igual forma a mí y parecía no querer soltarse nunca, así mismo como yo lo hacía con ella… Mi mente rememoró cada uno de los abrazos que mis padres me habían dado a lo largo de mi vida, y quise volver el tiempo atrás para darle cada uno de los mismos a mi hija…
Nunca me plantee ser padre a esta edad, y tampoco me aventuraba a conseguir un patrón para el futuro… Pero ese pedacito de carne en mis brazos me había cambiado mi perspectiva, me había hecho empezar a sentir con fuerza… Mis padres siempre me decían que el amor a los hijos era un sentimiento sin fronteras y sin dimensiones, y hoy yo lo podía experimentar… Era un amor infinito…
No sé cuanto tiempo estuvimos así, pero cuando levanté mi vista hacia esa otra persona que comenzaba a ganarse un cariño enorme, ella ya no estaba. Busqué por la habitación y entendí que había querido darme este espacio sólo a mí. Sonreí y tomé la carita de Lulu entre mis manos… Ella me observaba con una sonrisa… La llené de besos por todos los lugares que era posible, y con cada risa de ella, hacía que mi corazón se ensanchara cada vez más…
- Edes mi papá y te gusta que yo este contigo.- pronunció entre risas.
- Siempre Lourdes.- contesté serio.- Quiero que siempre estés conmigo, que siempre me abraces y me beses y juguemos juntos… y mucho más.- expresé desde el fondo de mi ser.
- Yo también te quiedo siempe.- expresó.
- Lulu.- le hablé.- ¿Tú extrañas a tu mamá?.
- No.- dijo firme, y a pesar de sentir un pequeño tirón dentro de mí, la entendí.- Paula es mi mamá ahoda.- afirmó sin titubeos, dejándome pasmado.
- ¿Ella… tu mamá?.
- Aham.- asintió.- Cuando estuvimos donde mamá Sue, ella me dijo que nunca me iba a dejad y yo le dije que buscadamos un papá. Y tu edes mi papá, así que ya no tenemos que buscad más, estamos todos.
- Estamos todos.- corroboré con ella, y algo dentro de mí volvió a sacudirse, pero esta vez de mayor fuerza y más potente…
...
- ¿Y tendemos una casa?.- gritó Lulu cuando Michael habló de ello.
- Por supuesto que sí.- sonreí ante su entusiasmo.
- Y yo quedo un animalito.- pidió inmediatamente. Lucy y Michael ocultaron sus sonrisas en una fingida tos.
- Muy bien ¿Qué dices el papi? ¿Podrá tener Lulita un animalito?.- se burló Lucy, ella sabía que los animales no iban conmigo.
- Tendremos que verlo.- dije un tanto contrariado por eso.
- Yo creo que deberías pedírselo ya.- acució Michael con su cara maliciosa.
- ¡Pod favod!.- pidió mi pequeña juntando sus manitas frente a su rostro y con carita de niña buena.
- Está bien.- me derretí y acepté.
- Oki doki.- gritó Lulu y se lanzó a mi cuello nuevamente.- Tengo que contadselo a Paula ¿Dónde está?.
- Su hermano debía volverse hoy a Forks, así que lo fue a dejar.- explicó Michael, pero hubo algo en su mirada que me alertó de algo más.
- ¿Y a que hoda vuelve?.- volvió a preguntar Lulu.
- Vuelve luego.- mentí y la dejé con sus juguetes para acercarme a Michael.- ¿Qué pasó?.
- Ella dijo que prefería quedarse esta noche en su casa.- musitó bajo mi amigo.- Me dió a entender que era un momento de ustedes dos y ella prefería regresar mañana.
- ¡No va a venid!.- nos giramos inmediatamente a Lulu. Lucy se paró rápido y fue hasta donde ella.
- Claro que va a venir.- la trató de tranquilizar, pero la mirada de mi pequeña era de incredulidad.
...
Eran las once de la noche y Lulu aun no lograba dormirse, esperando a que  Paula volviera. Lucy se había marchado a casa y Michael se había quedado conmigo por si necesitaba algo. Mi estómago era un mar de revueltitos, ya no encontraba más excusas que decirle a Lourdes para explicar la ausencia de Paula y ella no tenía intenciones de dormirse sin verla llegar. Había llamado a su móvil reiteradas veces, pero todas y cada una eran ignoradas en forma total… Estaba comenzando a desesperarme…
- No debió irse así.- alegué.- Ella debió al menos hablarle a Lourdes y darle sus razones.
- Perdón hermano, pero creo que estás actuando un tanto posesivo con ella.
- ¡¿Posesivo? ¡¿Me dices posesivo?.- exploté.
- Posesivo y neurótico. Bájale a tus dosis de cafeína.- bromeó, pero no estaba para sus juegos.
- La he llamado mil veces y no pasa nada.  Lourdes no se dormirá mientras ella no esté aquí.- volví a jalarme el pelo. En una hora más estaría calvo.
- ¿A que hoda vuelve Paula?.- volvió a preguntar mi pequeña por décima vez un una hora.
- ¡Ahora mismo!.- rugí.
- ¿Qué jodida estupidez vas a hacer?.- me interceptó Michael.
- ¿Quieres que venga Paula para poder dormir Lulu?.- ella asintió alegre.- Entonces ella vendrá
- Espera Pedro.- Michael tomó mi hombro.- Lourdes es tú responsabilidad, no la de ella. Ella sólo ha estado trabajando para cuidarla a falta de familia que se haga cargo de ella.
- ¡Pues ella seguirá a cargo de Lourdes!.- rebatí.- ¡Y es su deber estar con ella aquí!.
- Vanessa estuvo de acuerdo en que ella se fuera para que tu tuvieras tiempo con Lulu.- volvió a explicar Mike.- Ella sólo lo creyó mejor así.
- ¡Pues se le olvidó un gran punto.- expuse rabioso!.- ¡Se le olvidó preguntar si Lulu y yo la queríamos lejos. Quédate con ella, vuelvo en menos de una hora. Empieza a contar!
Lo último que oí fue el "Sí" de Lulu y salí a la fría noche de Washington, buscando el calor de ella… De quien no quería un segundo lejos de mi hija….y de mí.

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