miércoles, 24 de diciembre de 2014

Una Dulce Inocencia: Capítulo 31

Luego de la reunión con el Director, se nos habían asignado nuestros respectivos "Jefes", es decir, cada uno estaba bajo la tutela de un Doctor en la especialidad. Nos presentaron a casi todo el personal, se nos dieron las identificaciones y especificaciones importantes y la hora de la verdad llegó.
- Muy bien chicos. Ahora llegarán sus Superiores a cargo y podrán en su compañía, tener un mayor conocimiento de lo que deberán realizar. Como les he explicado, los primeros meses sólo serán de observación y luego ellos los irán adentrando más en su trabajo ¿Alguna consulta?.
Negamos al unísono, al momento en que suaves golpes en la puerta anunciaron la llegada de los que serían nuestros Supervisores. El Dr. Bardon se levantó y abrió la puerta. Me imaginaba y creo que mis compañeros igual, por sus expresiones, a unos señores con canas y plagados de arrugas… Pero los tres Doctores, no pasaban los treinta…y por poco nuestras edades.
- Mis queridos Doctores todos.- sonrió amable Gino Bardon.- He aquí sus Supervisores.- indicó a los recién llegados.- Y he aquí sus aprendices, casi colegas.- apuntó a nosotros.
- Muchos Gusto.- parecían coordinados.
- Igualmente.- y nosotros no nos quedábamos atrás.
- Bien Liam.- llamó a uno.- Este es la carpeta con los datos relevantes de la Señorita Lucy Foreman.- se giró hacia mi amiga.- Liam Gray. Será tu supervisor.
¿Podía tener una sonrisa más grande mi querida amiga? La respuesta ¡No!
- Amanda.- se dirigió a la única chica. Miré de reojo a Michael, que cruzaba hasta los pelos porque su nombre fuera el de a continuación.- Pedro Alfonso. Amanda Martin, será tu supervisora.
Nos brindamos un leve asentimiento. Además que podía escuchar como Michael bufaba indignado. Al parecer el amor de hace un rato atrás se le había pasado…o quizás no, viendo la cara que nuevamente tenía al ver a Vanessa asomar su cabeza desde la puerta.
- ¿Se puede?.- preguntó tratando de no interrumpir.
- ¡Claro Vanessa! Pasa.- le indicó el Director.
- Me tendré que ausentar por unas horas, pero volveré luego. Vendrá una chica a preguntar por mí. Su apellido es Perroni, por si viene y aun no regreso.- explicó.
La mandíbula de Michael estaba a punto de azotar el suelo. Por lo que me ví en la obligación de allegarme a su lado y darle un pequeño golpe. Reaccionó algo aturdido, lo cual me causó gracia, pero sólo a mí. La mirada asesina que estaba enviando el que sería Supervisor de mi amigo, claramente me señaló que… ¿O Michael era hombre muerto? ¿O debería volver a replantearse ser Médico? Porque de ésta, no pasaba…
- Adiós.- murmuró la chica, trayéndome de regreso.
- ¡Y bien!.- frotó sus manos.- Riley Wells. Será el supervisor de Michael Bolton.- por lo visto él estaba ajeno a todo…
…Y todo el mundo igual. Lucy, no despegaba un ojo del tal Liam y él…lo mismo. Michael miraba como un gato a un pescado la puerta por donde la chica había desaparecido. El tal Riley, podría haber estado metiendo el cuerpo de Michael en un cajón si sus miradas mataran. Y Amanda...Amanda…pues ella no perdía detalle de mí ¡Me esperaba un largo año! ¡Muy largo!

- Creo que es todo por hoy.- determinó Amanda, una vez dentro de su consulta
- Lo creo.- reafirmé
- ¿Pedro?.- me giré hacia ella.- Si quieres. Puedes dejar tus cosas aquí.- indicó el entorno.- Trabajaremos juntos, así que pasarás la mayor parte del tiempo en este lugar
- Gracias Doctora Martin.
- Puedes decirme Amanda, solamente.- señaló.- La formalidad la dejaremos para otras ocasiones.
- Esta bien Amanda.
- ¿Pedro?.- ya me estaba incomodando la situación.
Hacía cinco minutos estaba con la mano puesta en la puerta y ella seguía llamándome cada vez que hacía amago de dejar el despacho. Volví a poner mi atención en ella.
- ¿Podríamos salir un día de estos?.- propuso. Mi cara debió reflejar desconcierto, porque se apresuró a explicar mejor.- ¡Digo!...como una forma de conocernos más y de bienvenida.
- ¡Claro!.- no quise sonar grosero al haberme negado de buenas a primeras.- Ahora te dejo.
- Si. Que estés bien. Nos vemos mañana.- asentí y salí.
Ok ¿Era mi impresión o ella estaba tratando algo abiertamente? Era lo único que me faltaba. Además ¡Venía recién ingresando! ¿No hubiera sido un poco menos notorio si la invitación se hubiera realizado en unas semanas más?.
- ¿Por qué esa cara? ¿Tan malo ha sido? No creo más que lo mío.- comentó Michael, llegando a mi lado.
- Analizando qué sería peor ¿Qué te pasó a ti?.
- Estoy desorientado.- hizo muecas con su boca.- ¿Estamos como secretarias o residentes de medicina?.- elevé ambas cejas.- Al menos yo creo que estoy como secretaria.
- Mínimo secretario Michael.- me burlé.- Bueno, creo que si esa es la definición de malo. Yo tengo a una doctora con las hormonas alborotadas.- exhalé aire ruidosamente.
Una muy sonriente Lucy apareció en el pasillo, agitando su mano hacia alguien que no alcanzábamos a ver por nuestra ubicación. Llegó a nuestro lado, nos tomó a ambos del brazo y nos arrastró fuera del edificio.
- ¡Ha sido un perfecto día!.- canturreó una vez dentro del taxi.
- Discrepo contigo.- refutó Michael.
- ¡Bah! Creí que te habías enamorado.- le encaró divertida.- ¡Eso haría el día de cualquiera perfecto!.- enfatizó al última palabra.
- ¿Eso te ha ocurrido a ti?.- averigüé.
- No creo que eso pueda decirlo ahora mismo.- movió sus manos en el aire.- Pero Liam es… ¡Es mi alma gemela!.- vocifero soñadoramente.
- ¡Y el mío es una pesadilla!.- la imitó Michael.
- ¡Ah! ¡Entiendo el porqué de eso!.- informó. Tanto Michael como yo, la miramos interrogante.- Es por Vanessa.
- Ahora que recuerdo. Te asesinaba con la mirada horas atrás.- comenté.
- ¡¿Y como no lo noté? ¡¿Qué tiene que ver Vanessa?.
- Tu supervisor fue su "amigovio".- remarcó comillas aéreas.- Terminaron hace un año o algo, pero el tipo sigue al acecho.
- ¡Que suerte tengo!.- exclamó sarcástico Michael.
- Yo que tu.- tomé la palabra.- Esta vez me mantengo lejos de los problemas de falda Jazz.- bufó en desacuerdo.
- Además te puede traer más problemas de lo que quisieras tener en poco tiempo. Vanessa es la hija de Gino Bardon.- anunció Lucy como si se tratara del clima.
- ¡¿Qué?.- gritamos lo bastante fuerte para que el chofer nos mirara feo por el retrovisor
- Lo que dije. El apellido de Vanessa es Bardon. Es abogada y se encarga de los asuntos judiciales referidos al Hospital.
- Estoy jodido.- expresó derrotado.
- ¡Ah! También tengo noticias para tí.- me señaló Lucy.
- ¿Qué cosa? Si es por Amanda. No pienso meterme con ella, aunque sus arranques hormonales me atrapen contra la espada y la pared.- aseguré tajante.
- ¡Oh! Esa información es nueva.- palmeó mi rodilla.- La verdad sé poco de ella. Lo único que Liam me ha dicho es que está soltera y en busca.- me miró enarcando su ceja.- Pero esa no es mi noticia. Ví a la "Paula de la Bestia". La chica de aeropuerto
- ¡¿Qué?.- volví a gritar.- ¡Lo siento!.- me excusé al ver nuevamente la cara de pocos amigos del chofer.

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