viernes, 12 de diciembre de 2014

Una Dulce Inocencia: Capítulo 2

- Lourdes.- solté todo el aire de golpe con su respuesta.- **** me dicen Lulu.  - volví a quedarme ahogada.- ¿Tu como te llamas?
No respondí su pregunta, estaba en shock. Caminé como zombie hacia la mesa ubicada en la entrada de la casa para buscar el papel que mi jefa me había dado…o mi ex jefa, teniendo en cuenta que llevaba mas de una hora en esta casa y no había caído en cuenta que tenía una menor a mi cargo ¡Dios! ¿Qué clase de nana soy? La peor.
Tomé la hoja y me voltee hacia Lourdes que me había seguido de cerca para darle una pequeña sonrisa que seguro debía haber salido como una horrible mueca del monstruo del Lago Ness. El papel parecía pesar en mis manos, así que de forma rápida comencé a leer.
"Mi nombre es Victoria Harrison, si lo sé, solo con decir mi nombre ya sabes quien soy" negué inconscientemente, jamás en mi vida había escuchado ese nombre "Si, soy la misma modelo que sale en TV, revistas y todo aquello que implique sinónimo de belleza…"
pasé de forma rápida por las quince primeras líneas, donde garabateaba una biografía completa de su carrera ¿Acaso esto era un currículum?
"Pocos llamados se realizan a casa, pero debe tomar especial atención con el llamado de Samantha Wilson. Las palabras exactas a relatar son las siguientes:  Lulu está bien, el tutor viene cada tarde, sus controles médicos están al día"
Fruncí el seño hasta hacer chocar mis cejas ¿Quién era Samantha Wilson?
"Lourdes pasa la mayor parte del tiempo en su habitación"
¿A qué niña le gusta eso? Esta casa era extraña y sus integrantes por lo visto, mucho más
"Si Samantha pregunta desde cuando trabajas para mí, la respuesta es la siguiente: La contraté luego de una exhaustiva entrevista y comprobación de sus recomendaciones desde hace mas menos una semana.
¿Exhaustiva entrevista? ¿Comprobación de recomendaciones? Pero si ni siquiera tenía una y para ser más exactos había tenido que gritarle mi nombre, por si le interesaba, que por lo visto, era NO.
"Lulu se ve una niña extremadamente feliz con su madre"
Di vuelta la hoja buscando más información, pero todo era blanco ¿Dónde estaba las horas de comida de su hija? ¿Un teléfono de emergencia? ¿Sus horas de dormir? ¿La clase de alimentos que come? ¡¿Las comidas que no debe ingerir? ¿Enfermedades? Nada ¡Nada!
¡****! ¿Estaban todos locos? ¿O la vida de los ricos era tan endemoniadamente así? De pronto unos jalones en mi polera me recordaron que no estaba sola…que estaba al cuidado de la hija de una loca por dos días y no tenía idea de nada ¡Dios, ayúdame!
- Dime.- me agaché a su altura
- ¿Cómo te llamas?.- recordé que aun no se lo decía, al menos la niña era mas sensata que la madre, se interesaba por el nombre de la desconocida
- Me llamo Paula.
- Me gusta Paula.- sonrió mostrando la falta de dos pequeños dientes.- Tengo hambde.
- ¡Oh, claro!.- comencé a caminar, pero de pronto un fino carraspeo me hizo girar
Lourdes solo indicó con su pequeño dedo en dirección contraria a la que yo iba decidida ¡Seria excelente idea tener un mapa de la casa!. Llegando por fin a la cocina, urge por todos los rincones hasta que encontré platos y copas, me dirigí a la nevera y pregunté
- ¿Qué quieres co…?.- mi pregunta quedó a mitad al ver el contenido de la nevera
Una fuente con una cuantas verduras, una jarra con un liquido café claro y otras cosas extra que se etiquetaban como DIET, era todo lo que contenía una nevera que me doblaba en tamaño ¿Era esto lo que comía esta niña? Mi pregunta no formulada fue rápidamente respondida
- Esa es mi comida.- seguí su dedo hasta alcanzar verduras
- ¿Estás segura?.- inquirí no muy convencida
- Ajá, mamá dice que debo cuidar mi figuda.
Ok, en cualquier otro caso me hubiera reído de su comentario ¡Pero estábamos hablando de una niña! ¡No una súper modelo!, además es de conocimiento público que las verduras son el último alimento que preferiría un niño, al menso era así conmigo
Tras batallar conmigo misma, decidí darle ese pocillo con verduras y un jarro con el agua que nombró como vitamina, que estaba segura no era ni por asomo eso; sino mas bien unos de esos inventos para quemar grasas ¡Por Dios! Bajo mi tutela, sería el último día que Lourdes comería tan poco, aunque me acusaran de "Niños en forma de bola"
Luego de haber comido, si se le podía llamar así, comencé mi plan de escudriñar el manicomio en el que me había metido
- ¿Cuántos años tienes Lourdes?.
- Cuato.- respondió con su boquita llena de verduras y dejando de lado su servicio para mostrar cuatro deditos
- ¿Tu mamá viaja mucho?.- pregunté como no quiere la cosa
- Sip, todas las semanas
- ¿Y con quien te quedas?.
- A veces con Madía y otras con otras niñas que no conozco.-
Abrí los ojos al punto de sentirlos gritarme que los perdería por el piso si seguía así. Esta niña prácticamente pasaba sola o con desconocidos todo el tiempo ¿Qué clase de madre deja un hijo con alguien que recién conoce? Podría yo misma haber sido una psicópata ¡O una violadora de niños pequeños!
- ¿Y por qué María no vino ahora?.- seguí con mi interrogatorio, manteniendo la calma que ya había perdido
- Poque se comió una semilla que la hace tened una badiga así.- puso sus manos como una pelotita en su estómago, señal de un bebé a bordo
- ¡Oh, que bien!.- no supe ni porque dije eso, era todo mal con esto.
- Sip.
De pronto caí en cuenta. La niña debería tener un papá ¿Dónde diablos estaba metido ese hombre? Seguí ordenando ropa tirada en la recamara de Lourdes  y maquinando la forma de preguntar por el ¿Quizás y la señora era madre soltera?
- ¿Y quienes más te vienen a visitar?.- era una forma adecuada de ni muy directa, ni muy indirecta
- Papá.
Ok, el susodicho en cuestión existía, el problema era ¿Dónde condenado estaba?
- ¿Y donde está el?.
- ¿Quién?.- me miró extrañada
- Tu papá.
- ¿Cuál de todos?.
Hubo un ruido grande, muy grande, en el cual pensé que era mi mandíbula rebotar contra el carísimo piso en el que estaban plantados mis pies, pero no era eso, sino la delicada figura que había pasado a llevar por darme vuelta como un torbellino hacia la niña.
- ¿C-como que…cual de t-todos?.- tartamudee ante tamaña información.
- Es que tengo dos.- y usó sus deditos para acentuar su respuesta.- Está mi papá James y mi papá Félix.- abrí la boca para preguntar, pero ella siguió con su relato.- A mi me gusta más mi papá Félix.

3 comentarios:

  1. pobre nena,tipico de los ricos,me gustaron besos rociibell23

    ResponderEliminar
  2. wow pobre nena!!!! muy buen comienzo!!!

    ResponderEliminar
  3. Ya me atrapo la historia Naty ¡¡ gracias por pasármela, esperó los próximos capítulos !!

    ResponderEliminar