lunes, 29 de diciembre de 2014

Una Dulce Inocencia: Capítulo 45

Suspiré frustrado nuevamente. Siempre me había costado un tanto las relaciones, pero parecía que esta vez, era aumentado. Recordé a Kate, y al mismo tiempo que su imagen llegó a mí, le deseché. No tenía ya rabia contra ella, pero no sería cínico. No guardaba los mejores elogios hacia ella.
- Hola Pedro.- dí un respingo en mi asiento, derramando mi café.- ¡Oh lo siento!.
- No te preocupes.- tomé un paño y comencé secar todo.
- Al parecer estabas bastante abstraído ¿Alguna… chica?.- levanté mi rostro para observar su cara. Exactamente como lo pensé, su voz iba directamente proporcional a la cara de poco simpatía sobre su pregunta.
- No. Sólo estaba pensando Amanda.- traté de ser educado.
- ¿Y no hay posibilidad de acceder a esos pensamientos?.- la chica era obstinada.
- Ninguno.- contesté con una sonrisa amable.
- Pedro.- tomó asiento frente a mí.- Sé que no tengo por qué meterme. Pero creo que hemos entablado una linda amistad.- contuve las ganas de elevar una ceja.- Y bueno… aquí en los pasillos las noticias vuelan…
- ¿De qué se trata?.- inquirí, aún teniendo claro su duda.
- La chica de la habitación privada.- dijo directamente.- ¿Es algo tuyo?.
- Lo siento mucho Amanda, pero creo que ese tipo de cosas no tienen por qué ser de conocimiento público.- me levanté de mi silla para retirarme.
- Sé que es privado Pedro. Pero debes estar conciente que tienes a la mitad de la población femenina de este lugar suspirando por tí en los pasillos…- una sonrisa coqueta asomó en sus labios.- Y bueno… me incluyo.- expuso sin tapujos.
- No quiero ser grosero.- dije delicadamente.- Pero espero que no siga siendo así. No me gustaría que la mitad de la población femenina quedara sin aire por mi culpa.- repetí sus palabras en tono bromista.- Y más, sin oportunidad alguna. No me gusta relacionar mi trabajo con mi vida privada.
- Pienso que estás siendo demasiado tajante. Y una persona no debe cerrarse a ninguna oportunidad. Yo...- su charla quedó interrumpida por el golpeteo en la puerta.
Hice un asentimiento en su dirección y me dirigí en pocos y largos pasos hacia la puerta. Vanessa estaba recargada al costado de ella. Miró hacia tras de mí y saludó a Amanda, quien le devolvió el saludo sin ocultar su molestia por su presencia. Totalmente opuesta a mi, que quería poco menos realizarle un baile de agradecimiento.
- Ehm… ¿Interrumpo?.- preguntó cautelosa.
- No.- me apresuré a contestar cuando vi a Amanda dispuesta a correr a Vanessa de la sala.
- Bien.- dije ésta, no muy convencida.- Pedro. Te necesito en mi oficina. Los chicos ya están allí.
- Ahora voy.- cerré la puerta y me dispuse a buscar mis cosas.
- ¿Tengo que entender que nuestra plática ha concluido?.- el tono mordaz de Amanda, me instó a dejar las cosas claras sin arrepentimientos.
- Nuestra plática terminó.- concluí.- Si no te ha quedado claro lo que he dicho. No es mi problema, pero creo que he sido lo suficientemente detallista para darte a entender que mis supuestas acosadoras no tienen lugar para mí.
Sin más, salí de allí. Sabía que con esto prácticamente me estaba tirando a las fauces hambrientas de los cocodrilos. Mal que mal, ella era mi superior y podía reprobarme o aprobarme a su antojo. Pero jamás había dejado que alguien me amedrentara, cuando mi razón estaba por sobre la de otros y esta no sería la excepción. Kate, había intentado de un modo no muy grato embaucarme, y ya estaba entrenado en las artes de las manipulaciones.
...
Los saludos en la oficina de Vanessa fueron rápidos. Y un puñado de papeles sobre la mesa, me indicó que el día había llegado. Paula y Lulu estaban junto a Lucy y Jess en la guardería.
- Bien chicos. Con la premura que le hemos otorgado a este caso en particular, tengo los exámenes en mi poder y antes que llegaran los he revisado.- su mirada no indicaba nada en particular.
- Ok. Necesito saber, sino quedaré sin uñas y Jess volverá a golpearme.- sonreímos ante las palabras de Chad. A pesar de que se podía sentir un ambiente tenso.
- No me explayaré mucho. Lo único que quiero recordarles, es que estos resultados no son como si fuera un examen universitario u otra cosa. Se trata de la vida de una niña pequeña que no lo ha pasado bien. Estos resultados implican derechos y deberes. Los cuales tiene que ser pensados, y no realizados al azar.- tomó una pausa para mirarnos a los tres.- Con esto papeles chicos. Ustedes comienzan un antes y un después. Ya no sólo es su vida la que deberán manejar; sino también la de una niña pequeña.
- Creo que los tres estamos concientes de eso.- expuso Michael, con una seriedad pocas veces vista.- Aunque cabe destacar que creo estar seguro quien es el padre.
- ¿Si? ¿Y por qué no me lo dijiste antes? ¡Maldito ricitos de oro engreído!.- bramó Chad apuntándolo.
- Entonces creo que no dilataré más la situación.- finalizó Vanessa.- Lo que tenga que hablar, lo haré directamente con el padre.- suspiró, leyó nuevamente el papel y concluyó.- Los resultados nos arrojan un 99.9 % de probabilidad que tú Pedro, eres su padre.
- Lo sabía.- musité con una mezcla se sensaciones en la boca del estómago.
- ¡Ridículos sabelotodo!.- refunfuñó Chad, de brazos cruzados
- He escuchado a dos de ustedes decir que tenían la seguridad que sabían quien era el progenitor de Lourdes ¿Cuál es la razón?
- Lulu es la copia exacta de mi padre y mi hermana. Sobre todo de ella.- sonreí al recordar días pasados, la primera vez que la ví.
- Entiendo ¿Tus padres y familia saben de todo esto?.- cuestionó ella.
- No. Estaba esperando esto para hablar con ellos.
- Algo totalmente razonable.- expuso en apoyo.- Bien, creo que es hora que conversemos solamente los dos. Hay cosas que quisiera tocar contigo.

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