martes, 23 de diciembre de 2014

Una Dulce Inocencia: Capítulo 27

Por supuesto que sí. Solo debo hacer algunos trámites y estaré de regreso.- besé sus cabellos.
- No busques a mi mamá.- me pidió y quedé pasmada.
- ¿Por qué…dices eso amor?.-
- Podque yo quiedo quedame contigo.- sus bracitos rodearon mi cintura.
- Mi amor, tu mamá…es tu mamá.- no salían de mi mentiras, así que solo me limité a decir eso.
- **** ella no me quiede Paula y mis papás tampoco.
- Bebé.- levanté su pequeña barbilla.- Los papas siempre…quieren, solo que algunos de una manera u otra.
- Ella me lo dijo.- susurró y mi corazón se partió.- Yo no quiedo volved con ella. Ella es mala, lo dijo la niña de la TV.- me golpee mentalmente por no haberle dicho a Ángela que las mantuviera alejadas de los medios
- Yo te quiero.- le dije sonriendo.- Te quiero mucho.
- Y yo puedo sed tu hija.- sonrió de regreso.- Me llamo Lulu Chaves.
- ¿Por qué dijiste eso?.- le cuestioné sonriendo al recordarlo.
- Pod que así nadie saba que tu no edes mi mamá. Yo solo quiedo que seamos tú y yo y busquemos un papá juntas.- sentí mis ojos anegarse en lágrimas nuevamente.
Sabía que debía encontrar a su papá, pero al mismo tiempo…mi cuerpo se retorcía de dolor por dentro al visualizar la inevitable separación cuando ese momento llegara. Sólo quería que fuéramos ella y yo…y me aferraría a esa idea hasta que se pudiera…
- Tú y yo. Sólo tú y yo mi bebé.- declaré
- Si.- trató de sonar fuerte, pero el sueño la vencía.- Te amo Paula.
- Yo también te amo Lulu…más de lo que puedes imaginar.- murmuré bajito.

Al día siguiente me levanté temprano, debía estar antes de las cuatro de la tarde de regreso a la ciudad. La sorpresa que me esperaba al desayuno, creo que ya la había visto venir…mi padre había contactado a mi mamá para comentarle todo lo que estaba pasando, así que tuve que pegarme al teléfono por mas de una hora. Sin embargo mi madre, al tener una bebé de pocos años, estaba más receptiva a todo lo que estaba haciendo. Y así la conversación no fue tan agobiante como con mi padre.
Los chicos: Leah, Seth y Lulu, desayunaron en la cama y tuvieron la ya acostumbrada maratón de dibujos animados que solían realizar Leah y Seth cada fin de semana. Leah, a pesar de tener quince años, aun era inmadura en muchas cosas y por eso su relación con Seth no era dificultosa
La hora de irme llegó y mi pequeña se pegó como doble piel a mi cuerpo, pidiéndome que volviera por ella. Gracias a Dios Sam los animó con la preparación de galletas con dibujos y la pena reflejada en sus ojitos, fue reemplazada por la emoción de cocinar por primera vez, aunque sabía que al fin de cuentas serían Leah y Sam quienes terminarían todo.
- Cuídate.- me pidió papá, cuando estaba a punto de embarcarme.- Y no te preocupes por la niña. Creo que tiene a todos de cabeza en estas pocas horas.- indicó a Hector quien lo había acompañado, que escogía todo tipo de dulces para llevarles a los tres niños de casa
- Sé que estará bien. Llamaré todos los días que me demore para saber de ella
- Tranquila Paula. La enana estará en impecable…- Hector hizo una mueca.- Bueno, impecable no lo sé, pero estará bien cuando vuelvas por ella
Sonreí al escuchar que cual más, cual menos se preocuparía por ella. Sam, era una excelente mamá y segunda mamá para mí y también lo sería para ella. Mi móvil comenzó a sonar en ese instante
- ¿Bueno?.- contesté ante la mirada curiosa de mi padre
- ¿Paula? Soy Chris.- el esposo de mamá
- Hola Chris. Cuéntame.- estaba segura lo que diría, así que me afirmé en un banco.
- Tu madre me ha contado todo.- comenzó.- Pero seré breve. Tú eres una mujer adulta y estoy seguro que estás conciente de todo lo que haces.
- Gracias Chris.- declaré sonriente por sus palabras y obviando la mirada de frustración de mi padre.
- Pero quiero que hagas algo.- alertó.- Conozco un amigo en Washington. Él tiene a su cargo un hospital. Su hija trabaja con él en los asuntos legales que se ofrecen y aparte de ser una excelente abogada es una persona que no ha perdido la ética o las emociones en su trabajo.
- ¿Y qué pasa con ella?.- inquirí sin entender sus palabras.
- Debes tener una abogada a tu disposición, en caso de que ocurra cualquier cosa.- cualquier cosa como ir a la cárcel, pensé para mí.
- ¿Es necesario?.- el dinero no era problema con lo que tenía ahorrado, pero…¿lo necesitaría de verdad?.
- Muy necesario Paula. Las cosas se pueden complicar y es bueno que te respaldes en alguien que maneje el tema, para sobrellevar el caso de acontecer algún imprevisto.
- Está bien ¿Cómo se llama y donde la ubico?.
- Su nombre es Vanessa Bardon. Y trabaja en el Hospital Gino Bardon, es de su padre.

Luego de tomar nota y despedirme de Hector y mi padre. Emprendí mi regreso a casa, teniendo una mezcla de sentimientos encontrados por dejar a Lulu y al mismo tiempo saber que era lo mejor. Llegué un poco antes de la hora señalada al negocio de Ángela, así que esperé que cerrara y nos fuimos al departamento. Estaba muerta de sueño, pero al mismo tiempo impaciente por las noticias que podía tenerme Ángela.
- Te tengo noticias buenas y noticias malas.- dejó claro del principio
- Comencemos con las malas para repuntar con las buenas
- Del tal Michael, Pedro y el supuesto segundo papá de Lulu, Félix. No hay información alguna, al tener solo detalles tan vagos.- dejé caer mi cabeza sobre mis brazos cruzados encima de la mesa
- ¿Y las buenas?.- pregunté con voz ahogada por tener mi cara enterrada en mis brazos
- Tenemos la ubicación de Heidi Lolterra.- levanté mi cabeza en automático
- Debo ir allá.- me paré extendiendo mi mano hacia ella, pero mi amiga no me daba ningún papel con la dirección…solo me observaba
- Ehm, creo…que…debes saber más cosas.- murmuró dubitativa
- ¿Qué cosas?.- volví a sentarme
- No es tan fácil el lugar…mmm…donde deben ir.-
- ¿Deben? ¿No es un lugar fácil? ¿A qué te refieres?.- interrogué curiosa
- ¿Deben? Por que Ben te acompañará. Y no es fácil, porque es una especie de lugar donde se realizan favores en carne…tu me endientes.- gesticuló con sus manos
- ¿Un…prostíbulo?.- arrugué mi frente a mas no poder
- Algo así.- me explicó.- El hombre al que ubicamos como detective o referido a ese rubro, me explicó que ella trabaja en un local con fachada de "Café con Piernas"*- hizo comillas en el aire.- Pero detrás de eso, hay una real prestación de servicios sexuales.
- ¿Y eso desde cuando? Quiero decir ¿Ese lugar siempre ha funcionado igual?.
- Si lo que quieres saber, es si el local tenía las mismas connotaciones hace mas menos cinco años atrás, cuando la bruja trabajó ahí…estás en lo correcto.
Justo en ese momento sentimos la puerta del departamento de mi amiga abrirse. Era Ben, cargado con demasiadas bolsas y saludando en forma animada. Observé a mi amiga, quien no tenía buena cara y lo miraba entrecerrando sus ojos amenazadoramente…tenía una idea del por qué de ambas expresiones.
- Bien. Aquí esta todo.- informó Ben, extendiendo unas bolsas hacia mí
- ¿Y esto?.
-Paula , si vas a ir conmigo a ese lugar. Debes vestirte como yo ¡Como todo un macho!.- dijo sonriente mi amigo y de paso dejándome en shock.
- Ustedes están locos.- susurré, alternando mi mirada de uno a otro.
- ¡No!.- me cortó Ben.- ¡Somos unos genios! Tengo aquí.- indicó las bolsas que aun no tomaba.- Desde calcetines de hombre, hasta bigote y peluca.

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