martes, 16 de diciembre de 2014

Una Dulce Inocencia: Capítulo 11

Conversamos un rato mas, mientras Ben entretenía a Lulu por un momento más. Le relaté todo a mi amiga, quien no daba crédito a lo que escuchaba y sus ojos se le llenaban de lágrimas cuando miraba a mi chiquitita ajena a toda la basura que estaba expuesta.
A las ocho de la tarde decidimos retornar a casa. Aunque la bruja no había pedido mi número de teléfono, se lo había dejado igualmente junto al teléfono, pero como era de esperarse no estaba ni preocupada que podía estar pasando con su hija en estos momentos.
- Toma Paula.- me extendió un papel Ángela
- ¿Y esto?.- lo miré raro
- Léelo en casa Paula y luego nos dices que te parece.- me explicó Ben y miró a Lulu de reojo
- Ok.-
- Adiós Lulu y ya sabes, siempre puedes venir.- la invitó Ángie
- Paula ¿Me taedas?.- pidió en su vocablo
- Claro que sí bebé
- Adiós chicos.- me despedí
- Hasta pronto Paula.  Adiós Lulu.- gritaron los dos, a lo que mi bebé agitaba su manito a ellos

La casa estaba en total obscuridad, pensé que la bruja podría estar dormida o de plano no se encontraba y rogaba internamente porque así fuera. Antes de entrar dejé a Lulu en la puerta en caso de que alguna escena no apta para ella se estuviera desarrollando al interior, pero había solo silencio y negrura en la estancia.
Miré el papel donde había dejado mi número en el suelo, ni tal se había dado cuenta que el único medio para llamar a su hija y saber de ella estaba pisado y olvidado en el piso. Sin embargo otro papel se encontraba en el teléfono, dejé a Lulu en el piso y lo tomé
"Niñera: He tenido que salir por un nuevo trabajo. Esta vez mi viaje durará mucho mas tiempo del anterior, estaré de vuelta en un mes aproximadamente, así que he dejado tu paga por adelantado en el cheque"
¡¿Niñera? Bueno, era para lo que estaba contratada, pero… ¡¿Un mes fuera? ¡¿Ni un recado para su hija? ¡Esta mujer haría que mis instintos asesinos cobraran vida cuando ella regresara! Al menos, había dejado algo dicho... ¡Grrrr! ¡Maldita bruja!
- ¿Es de mamá?.- preguntó Lulu.
- Si corazón, su trabajo la ha requerido otra vez.- expliqué dejando a un lado mi rabia
- ¿Estadá aquí en dos semanas?.- consultó mirándome con sus ojitos expectantes
- No Lulu, esta vez estará fuera por un mes.- no sabía si lograba entender el tiempo, pero prefería dejarlo así
- Ah…oki doki.- pero esta vez esas palabras aprendidas de mí, fueron dichas con pena
- Bien ¡A bañarnos, comer y a la cama!.- recompuse mi cara para alegrarla a ella
Agradecía poder haber quitado esa carita de tristeza que había adquirido luego de saber que su madre la abandonaba por un largo mes ¿Qué hubiese pasado si yo fuera otra y la hubiera abandonado? ¿Si no pudiera estar por un mes con ella? ¡¿Un mes? ¡Es que ni la persona menos cuerda se iría por tanto tiempo dejando una niña a su suerte! Bueno, ella no era lo más cuerda que existía
Lulu se durmió como un tronco al tocar su cabecita en la almohada y yo me acomodé a su lado. Sería un largo mes, pero haríamos que fuese un entretenido mes. De pronto recordé lo que me había pasado Ángela antes de salir de su negocio y me levanté como un resorte de la cama en busca del papel
Lo hallé en mi bolso y me dispuse a leerlo:
"Bells: Tenemos una misión en poco tiempo. He decidido escribirte esto para que sea una sorpresa. Luego de todo lo que me haz contado, no puedo evitar sentir pena por Lulu, pero me alegra saber en las manos que está. Dios por algo hace las cosas y tu haz caído como un ángel para la pequeña naranjita (por hoy)" reí por sus apodos "Ben le ha sonsacado una información importante. Su cumpleaños es en dos semanas, ahí cumplirá sus cuatro añitos y me gustaría que le hiciéramos algo ¿Qué opinas? Nos ponemos en contacto mas adelante y obvio, Ben a dispuesto a sus sobrinitas para la celebración, ya que ella ha dicho que no tiene amiguitos pequeños y le gustaría celebrarlo así como ha visto en la TV. Llámame"
Recién ahí entendí la tristeza de Lulu. Ella esperaba que su mamá estuviera con ella para una fecha tan importante como su cumpleaños ¡Y la muy perra ni lo había mencionado! Tan solo esperaba que tuviera la decencia de enviarle algo y llamarla por lo menos.
Una idea se formaba en mi loca cabecita, ya sabía de donde podíamos sacar niños o al menos algo parecido a ellos. Tomé el cheque que me había dejado la bruja y era por lo menos cuatro veces lo que me había pagado la primera vez. Había el dinero, conocía a algunas personas.. ¡El cumpleaños se haría, se haría para recordar y habría niños! ¡Oh, si! ¡Habría muchos niños!

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