lunes, 29 de diciembre de 2014

Una Dulce Inocencia: Capítulo 47

Luego de haber conversado con Vanessa, había pasado la tarde absolutamente solo. No era que me molestara la compañía de nadie, pero necesitaba de una u otra manera, internalizar bien toda la noticia ¡Era padre! Y no sólo eso, sino que de una niña de cuatro años, con una madre digna de la horca y ni siquiera tenía los medios como para ofrecerle un futuro mejor que el presente o pasado que había tenido que vivir. Aun me faltaban algunos meses por recibirme, y no se trataba de llegar y pedir aplazar las situaciones como si de adquirir un producto se tratara…
Chad y Jess habían tenido que volver a California. Jess se había disculpado por no poder estar conmigo para enfrentar todo lo que venía, pero si retrasaban un día más su regreso, posiblemente allí creyeran que aun estaba tratando de revivir a su abuela, la cual llevaba más de diez años bajo tierra. Pero mi amigo Chad lo había dispuesto así…
Entré silencioso a la habitación de Paula y Lourdes. Ambas dormían plácidamente, mientras yo me carcomía el cerebro analizando cómo hacer mejor las cosas y aún después de varias horas, no encontraba respuesta… Había hablado con una Psicóloga amiga, le había explicado la situación y al mismo tiempo solicitado su ayuda. Su recomendación había sido, ir paso a paso. No decirle a la niña de un momento a otro que yo era su padre…
También me había recomendado otro camino a seguir. El cual había desechado al mismo instante en que le oí pronunciar esa palabra… Sabía que no sería fácil, pero ¿Quién dijo que algo era regalado en este mundo? Y darla en adopción no era, ni sería una opción para mí…
- ¿Pedro?.- un suave zarandeo me extrajo de mis cavilaciones.
- ¿Eh?.
- Llevo hablándote más de cinco minutos.- explicó Paula.
- Lo siento. Mi imaginación estaba volando.-
- ¿Te sientes bien?.
- Si.- ella aun no sabía nada, y pensé que este sería el momento.- Sólo estaba planificando mi vida de ahora en adelante. Con una hija, las cosas cambian.- su rostro pasó de la confusión al esclarecimiento
- ¿Eres…?.- asentí a su pregunta no formulada
Fue una reacción espontánea, pero mi cuerpo reaccionó como si lo hubiese anhelado todo el tiempo. Me encontraba atrapado agradablemente en unos pequeños brazos alrededor de mi cuello. Y no pude negarle la voluntad propia a los míos de hacer lo mismo, atrayéndola por la cintura hacía mi… ¡Era tan cálida! Tan reconfortante estar así…
- Te felicito.- musitó con la voz amortiguada en mi camisa y una nota de tristeza. Me separé para comprobar lo que creí. Sus ojos estaban húmedos.
- ¿Qué pasa? ¿Paula?.- inquirí frenético al no saber la causa.
- ¡Oh! No te preocupes. También se llora de felicidad.- susurró emocionada.
- Pensé que llorabas por la mala suerte de Fifi. Al tocarle un papá como yo.- bromee, logrando hacerla sonreír.
- No seas bobo. Estoy feliz por ella y por tí… No sé que era, pero algo me decía que eras tú, y creo que no pudo haber sido mejor.- sus palabras me asombraron y no pude evitar preguntar
- ¿Por qué? ¿Por qué piensas que no pudo haber sido mejor?.
- Es una corazonada.- dijo simplemente con un rubor exquisito en sus mejillas.
- Yo también la tuve.- me sinceré.- Fifi es una copia exacta de mi hermana Liz.
- ¿Tu familia lo sabe?.- cuestionó suavemente luego de unos minutos.
- Llegan por la mañana.- expliqué.- Sólo les dije que necesitaba su presencia acá. Mamá poco menos creía que había tenido un accidente y lo único que quedaba era mi cabeza hablando con ella.- ambos reímos.- Pero la tranquilicé diciéndole que no era nada malo.
- ¿Cómo… como crees que lo tomen?.- expresó con cautela.
- Puedes estar tranquila que Lulu no se quedará sin padre tan prontamente.- la miré divertido.- Estoy seguro que bien, aunque será embarazoso propinar todos los detalles, y te aseguro que de eso no me escapo.
Paula me sonrió para luego quedar en estado pensativo por largo rato. Momento en el cual me dediqué a observarla de manera detallada. Desde la primera vez que la había visto, disfrazada de ese personaje, había notado su belleza… Pero estos días que habíamos compartido, esa belleza había sido doblemente resaltada… No era como el común de las chicas. El sólo hecho de haberse hecho cargo de una niña que no era nada suyo, en vez de dar media vuelta e irse, lo demostraba…
Entendía a la perfección, la adoración que esa niña acurrucada esa cama y que era mi hija, le profesaba… Yo también lo hacía, pero de una forma agradecida… Tenía miedo al mañana, pero agradecía el haberme cruzado con Paula Chaves en el camino. Gracias a ella, ahora había una pequeña que dependía de mí… Había una razón de peso para sentirme más participe de este mundo…
- ¿Cómo te sientes con todo esto?.- consultó luego de su largo silencio.
- Asustado.- intenté sonreír, pero sólo logre una mueca nerviosa.- Quisiera que hubiera un libro donde te enseñaran como ser papá.
- Los padres que esperan la llegada de su bebé luego de nueve meses, tampoco tienen una guía.- me confortó.
- Pero al menos ellos están más preparados.- rebatí su punto.- No se encuentran de un día para otro que serán padres en menos de dos días, y menos de una bebé que ya tiene cuatro años.
- Creo que te equivocas.- la miré atento.- Entiendo que te sientes en plena desventaja con alguien que tiene nueve meses por delante para hacerse la idea que su vida dará un vuelco permanente. Pero estoy segura, que llegan al término de los nueve meses con las mismas inseguridades que desde el primero… El verdadero cambio se produce, cuando la personita que creaste recae en tus brazos…
- ¡Vaya!.- exclamé fascinado.- Nunca lo había pensado así.
- Puedo hacerte una pregunta.- me pidió Paula y por su rostro me asemejaba que sería algo incómodo. Igualmente asentí.- ¿Tu… quieres… esto?.- me tomó un minuto entender sus palabras
- ¡Claro que si!.- afirmé con vehemencia.- No tiene relación que esté asustado, con que me quiera librar de mis responsabilidades Paula.- la cual botó una bocanada de aire en respuesta.
- Entonces eso es lo importante.- declaró.
- ¿Qué esté asustado?.- volví a bromear con ella.
- Si.- ratificó para dejarme en la duda.- Si no tuvieras miedo, no me confiaría que fueras a ser un gran papá… El temor nos indica que estamos dispuestos a hacer algo, lo único que nos preocupa realmente, es hacerlo mal. Pero ese no será tu caso. Lo sé.
Dejé transcurrir unos segundos. Necesitaba entablar el tema realmente importante para ella y para mí, pero sobre todo para Lulu. Decidí que tenía que ser ahora y solamente ahora, aprovechando que estábamos solos y que ya nos habíamos insertado en temas profundos…
- Maite ¿Qué harás ahora? Digo… Ehm. Yo… tú… Lulu…- ¡Perfecto! Ahora me había vuelto ****a
- Buscaré un nuevo trabajo.- desplegó sin ánimo y como forzándose a decir eso.
- Paula…
- No te preocupes Pedro. Mira, lo único que quiero pedirte… es poder visitar a Lulu de vez en cuando…- hizo una pausa.-…Y sólo quiero que nuestro distanciamiento sea paulatino.

3 comentarios:

  1. Gracias x subir un cap más Naty!!! Ojalá Pedro le pida a Pau que se quede como niñera de Lulú.

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  2. Hermosos capítulos! Que no se separe de Lulu, la va a extrañar mucho!

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