domingo, 21 de diciembre de 2014

Una Dulce Inocencia: Capítulo 22

Al llegar al edificio, observé a ambos lados, al parecer no había indicio visible de la sorpresa, pero de igual modo entramos raudas a mi departamento, dando excusas falsas cuando Lulu propuso pasar a visitar a la tía Ángela. Sabía que mi amiga el día de hoy no estaría en su negocio y de ese modo mi pequeña ofrecería su presencia en el departamento de la misma, lugar que a esta hora debería estar ambientado al estilo "Disney", conociendo a mi amiga.
Lulu aceptó mis excusas sin chistar y ocupó su lugar habitual sobre el sofá. Me pidió un lápiz y comenzó a garabatear su agenda nueva, mientras yo arreglaba algunos detalles en mi cuarto. Tomé mi disfraz y el de mi pequeña y al mirar la hora, me di cuenta que ya era tiempo.
- ¿Lulu?.- la llamé desde mi cuarto.
Sentí su conversación con las chicas, y pronto sus pasitos apresurados hacia donde estaba.
- Aquí estoy Paula.- pero sus ojitos se fijaron en las prendas sobre mi cama.
- Bien mi pequeña. Ahora nos vestiremos con estas ropitas que tengo aquí.
- ¿Po qué Paula?.- amaba a esta pequeña, pero su curiosidad me ponía en graves aprietos
- Ehm…¡Siempre lo hacemos Lulu!...Y…hoy…ehm…limpiaremos mi casa…¡Así!.- mostré todos mis dientes para verme menos culpable por la mentira
- Es Blancanieves Paula.- se asombró al verlo de cerca y paso por alto mi mala mentira.- ¿Y tu serás Paula de la Bestia?
Asentí sonriendo. Ángela había escogido nuestros disfraces, luego de un trabajo exhaustivo de investigación con mi bebé. Mi pequeña amaba a ese personaje, añadiendo que esa princesa tenía ángeles guardianes "los enanos". Y yo, porque según mi amiga me faltaba mi "Bestia", teniendo en cuenta que mis ex –novios no eran muy bien parecidos ¡Gran amiga!.
Estuvimos listas y arregladas en menos tiempo del que pensé, debido a la ansiedad de Lulu. Modelamos repetidas veces frente al espejo y la verdad era que los resultados me hacían sonreír como tonta… Mi pequeña tomó los útiles de aseo y me ofreció algunos a mí, así que obligadamente comencé a limpiar por aquí y allá, llevando a cabo mi farsa…y observando mi móvil como si mi vida dependiera de su vibrar…ésa sería la señal para dirigirnos a la estancia de mi amiga.
Diez minutos más tarde…mi móvil cobró vida.
- ¡Yupiiii!.- grité saltando como posesa.
- Paula.- se rió Lulu de mis dotes de pelotita saltarina
- Debemos bajar pequeña. Ángela nos necesita en su casa.- la tomé de la mano y la guié a la puerta
- ¿Idemos así Paula?.- indicó nuestros atuendos
- ¡Oh!.- le guiñé un ojo.- ¡Seremos el último grito de la moda!.- no tenía idea de lo que eso significaba, pero debía ser algo bueno.
Bajamos las escaleras y parecía que era yo la niña pequeña en todo esto, porque estaba a punto de sacar mis zapatos y correr desesperada a la puerta de mi amiga. Frente a ella me agaché a la altura de mi bebé y le di sus últimos retoques, seguidos de los míos y golpee tres veces la puerta de Ángela.
- Buenas tardes Princesitas.- saludaron Lilo y Stitch, haciendo estallar en risa a mi pequeña
- ¿Tía Ángela?.- cuestionó aun riendo
- ¡Oh no!.- se irguió mi amiga.- Soy Lilo y él.- destapó la capucha de Ben.- Es Stitch.
- Te queda bien ese disfraz amigo.- lo felicité poniéndole la máscara.- Pero así está mejor
- Grashiosha.- se oyó la voz de Ben amortiguada por la capucha
- ¿Lista?.- me susurró Angie sólo a mí.
- Aja.-
No pudimos evitar unas risitas tontas al ver como la pequeña Blancanieves se elevaba en la puntita de sus pies para observar dentro del departamento de mi amiga o simplemente intentaba a su altura por entremedio de las piernas de Ben.
- Bien.- dijo Ben.- Invitamos cordialmente a las princesas de Disney a pasar a nuestro pequeño mundo animado.
Se hicieron a un lado y tapé los ojos de mi pequeña. La adentré a la sala y quedé maravillada de lo hecho por mi amiga. Mi percepción de cómo estaría ambientado su departamento, se quedaba corto a mi imaginación. Mi amiga indicó con su dedo sobre sus labios que guardaran silencio a los presentes, mientras Ben me indicaba con su mano a la cuenta de tres. Coordinados totalmente al número tres, destapé los pequeños luceros de mi bebé.
- ¡Feliz Cumpleaños Lulu!.- fue el grito de recibimiento.
Mi pequeña no lograba salir de su asombro al ver por cada rincón algún diseño de los diversos cuentos y películas que seguramente había visto en TV. Mickey Mouse, Minnie, Peter Pan, el jorobado de Notre Dame, el Rey León, Mulán, Tribilin, Winnie de Poh y el Pato Donald eran algunos de los concurrentes a la fiesta sorpresa de Lulu.
- ¿Paula?.- sentí un jalón en mi vestido y observé a mi pequeña mas chiquitita aun, bajo mis faldas
- ¿Qué pasó bebé?.- me agaché a su altura.
- Yo….- sus ojitos de a poco se fueron llegando de agüita.
- Mi amor…- no alcancé a terminar cuando sus bracitos rodearon mi cuello
La tomé y apreté su cuerpito junto a mí. Hice una seña a mi amiga y Ben para que aguardaran un momento cuando los vi preocupados y con intención de acercarse. Tracé círculos en la pequeña espalda de mi bebé y la dejé desahogar su pena o susto, ya que no entendía muy bien su reacción.
- ¿Qué pasa corazón?.- susurré bajito para ella.- ¿Te dió miedo?.- negó con su cabecita aun hundida en mi cuello.- ¿Entonces que pasó bebé?.
Sacó su cabecita de su escondite y sequé con mis pulgares sus lágrimas que surcaban su carita. Observó a su alrededor y le regaló una pequeña sonrisa a mi amiga para luego mirarme y regalarme esa sonrisa hermosa que mostraba su ratoncitos faltantes.
- Etoy feliz Paula.- me dió un beso en la cara.- Yo nunca había tenido una fiesta como en la TV.- sació mi curiosidad.
- ¡Feliz Cumpleaños mi amor!.- la tomé en brazos y di vueltas con ella, escuchando su musical risa
- Mira Lulu.- le habló Ben.- Ellas son mis sobrinas.- dos pequeñas vestidas de Ariel y Dálmatas estaban a su lado.
- Hola.- susurró Lulu.
- Feliz Cumpleaños Lulu.- dijeron las dos y la más grande extendió su mano a ella.
- ¡Ve a disfrutar de tu cumpleaños Lulu!.- la alentó mi amiga al ver que la pequeña me miraba expectante. Asentí sonriendo y ella corrió donde sus nuevas amigas.
- ¿Apareció siquiera hoy la bruja con la manzana?.- preguntó mi amiga.
- Llamó por teléfono.- suspiré con pena.- Pero ni recordó el cumpleaños. Yo tuve que hacer de neurona pensante y comentarle el hecho. Su única respuesta fue "saca dinero y cómprale algo".- imité la horrible voz de la mujer esa.
- ¿Ni siquiera pidió hablar con ella?.- la cara de espanto de Ben era gigante.
- No.-
Nos acercamos a los niños y no tan niños sentados a la mesa. Ben ayudaba a algunos personajes a comer, ya que presentaban algunos problemas… Mi bebé estaba feliz, observaba hacia todos lados emocionada y cada tanto sus ojitos se posaban en mí y me obsequiaba mi mejor regalo, su sonrisa… La fiesta continuó pasando y nos tenía atentos a Ben, Ángela y a mí; ya que los personajes al parecer estaban algo incómodos con sus vestimentas y sus manos se dirigían a cada rato a los bordes de las máscaras para quitarlas de su rostro. Por suerte llegábamos a tiempo.

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