jueves, 18 de diciembre de 2014

Una Dulce Inocencia: Capítulo 17

Yo lo haré con mi bebé.- respondió Jessica acariciando como un gato a Chad.- Pero ¿Dónde? Creo que tenemos que conversarlo.
- Yo lo haré junto a tu bebé.- se mofó Fox.- Y no sé donde, pero fuera no lo creo.
- ¡De hecho que tienen que realizarla acá!.- zanjó mi hermana.- Yo no dejaré que mi bebé se vaya fuera.
- Y yo no me iría a ningún lado donde tú no estés.- para finalmente darse un acalorado beso, el cual fue interrumpido por mis manos alejando sus cabezas.
- Mas respeto, por favor.- pedí con cara de asco.- Eres mi hermanita pequeña.
- ¡Envidioso!.- me increpó mi hermana, mostrándome su lengua ¡Muy maduro!.- ¿Y ustedes donde lo harán? ¿Los tres?
- Creo que con Mike veremos posibilidades.- respondió Lucy, evitando cruzar su mirada conmigo.
- ¿Con Michael? ¿Y yo?.- increpé extrañado.
- Bueno…- comenzó Michael, pero Lucy lo interrumpió.
- Pedro.- suspiró.- Yo no quiero que tengas problemas…tu sabes con quién…- declaró vacilante.
- ¿Qué cosa?.- cuestionó Jessica.
Pero un silencio sepulcral se instaló en nuestra mesa. Mi mirada gélida hacia Lucy dejaba claro que las cosas no estaban para seguir preguntando nada. Me levanté de la mesa sin decir nada, dejé lo que correspondía mi pago y salí de ahí, incluso oyendo mi nombre para que me quedara.
Subí a mi auto y manejé sin rumbo. Estaba molesto, irritado y cabreado por las palabras y acciones de Lucy. Pero al fin de cuentas, el único ****a aquí había sido yo. A mis dieciséis años, cuando me había comenzado a dar cuenta del arrastre que tenía con las mujeres, su amistad había pasado a segundo y tercer plano.
Lucy siempre había sido una chica hermosa y a mis conquistas no les hacía gracia que mi mejor amiga estuviera por sobre su belleza. Por lo que yo, como un hormonal *beep* adolescente la había alejado con tal de seguir mi aumento de ligues. Por supuesto ella pensaba que hoy volvería a cometer el mismo error. Pero yo ya lo había aprendido y de la peor forma…que la amistad era lo más importante.
Mi madre había tenido un accidente años atrás, había pasado varios días en el hospital conectada a miles de tubos y máquinas. En ese momento a mi lado, no estuvo ninguna de mis múltiples enamoradas…mientras ellas y en especial una "Lauren", estaba de fiesta…yo estaba sentado día y noche junto a mi familia y verdaderos amigos, rezando por la salud de mi madre.
El insistente vibrar de mi móvil me sacó de mis recuerdos y me hizo contestar sin siquiera mirar a quien contestaba.
- ¿Hola?
- Estaba por llamar a la policía para saber del paradero de mi novio perdido por más de dos días.
- Lo siento. Estuve estudiando y hace poco salí de mi examen.- dije con cansancio
- ¿Cómo te fue?
- Bien. Aprobé como yo esperaba.
- Te felicito.- su voz al menos se había suavizado.- ¿Dónde estás ahora?
- De camino a mi casa.- mentí, la verdad es que al mirar fuera no tenía idea donde estaba.
- ¿Por qué no vienes a mi casa? Podemos almorzar juntos.- propuso.
- Necesito dormir.- me excusé.- Estoy demasiado cansado para manejar por media hora más.
- Entonces ¿Cuándo tendré el honor de volver a verte?.- y volvía su acento acusatorio.
- Dormiré un rato. Mas tarde iré a tu casa…necesitamos hablar.
- Bien.- respondió algo asombrada.- Nos vemos entonces.- pausó unos minutos y agregó.- Te amo.
- Igual.- contesté y corté.

Dormí toda la tarde, cuando vine a darme cuenta el reloj de mi mesa de noche marcaba las nueve. Me levanté enfurruñado y me escabullí directo a la ducha para desemperezarme. Luego de vestirme, bajé las escaleras encontrando todo vacío. Me preparé algo de comer y cuando estaba por meter mis narices en la nevera, vi una nota dirigida a mí:
"Pedro: Te he tratado de despertar durante más de media hora, pero tus ronquidos no cesaban.
Salimos a celebrar con Steph y los demás. Estaremos en el mismo lugar de siempre por si te animas.
Mamá y Papá han tenido su noche de novios. Liz"
Sonreí al leer la nota. Mis padres en cuanto podían, se tomaban una noche para ellos solos. Salían a bailar o a cenar y se quedaban la noche fuera…como un par de adolescentes en pleno enamoramiento. Un par de veces incluso habíamos coincidido en el mismo lugar, mis amigos no dejaban pasar la oportunidad para hacer bromas al respecto, pues sus bailes y demás…eran casi tan osados como cualquier quinceañero.
Comí algo y salí de casa rumbo a la de Kate. Necesitábamos tener una conversación seria y si las cosas no daban a más, pues sería así. Las constantes peleas y recriminaciones me estaban cansando, mas aún, cuando la mayoría de ellas iban dirigidas a mis salidas con amigos y amigas y con mi futuro próximo.
Me extrañé al ver la casa de Kate casi a oscuras, excepto por la luz que se reflejaba en la que sabía era su habitación. Cheque la hora, para ver si era demasiado tarde para visitas, pero el reloj solo marcaba las once. De igual forma, preferí enviarle un mensaje para anunciar mi llegada "Estoy afuera ¿Puedes salir?"
Sentí los pasos acelerados de mi novia por la escalera y medio minuto después la tenía frente a mí ¡Sonriente!
- Hola amor.- se lanzó a besarme como pocas veces lo hacía.
- Hola.- contesté aturdido.
- Pasa.- me indicó. Observé a mí alrededor y no había señal de gente en casa.
- ¿Tus padres están dormidos?.- cuestioné extrañado.
- Están fuera de la ciudad.- informó, tomando mi mano y arrastrándome escaleras arriba. Me detuve en la mitad.
- ¿Dónde vamos?.- pregunté realmente confundido. Había pisado solo una vez su habitación y había sido cuando ella había estado enferma y por cinco minutos.
- A mi cuarto.- como si fuera obvio.

3 comentarios:

  1. Muy buenos capítulos! pesadita Kate, no? Me intriga saber por donde irá la novela!

    ResponderEliminar
  2. Re lindo este nuevo cap. Ayyyyyyyy, ya no veo la hora que se conozcan Pedro t Pau.

    ResponderEliminar