miércoles, 17 de diciembre de 2014

Una Dulce Inocencia: Capítulo 14

- ¡Hermanito!.- gritó Liz, para llamar la atención de los demás, especialmente una persona a la que le percibí un rojo furioso en su rostro.
Saludé a todos y esperé paciente a que terminaran de ordenar y guardar todo en su lugar. Salimos del local Lucy, mi amigo, mi hermana y Kate. El dueño y otras personas se fueron inmediatamente.
- Bien. Nos vamos amor.- indicó mi hermana a su novio.
- La quiero de vuelta temprano.- apunté a mi amigo
- No me vengas con tu papel de hermano mayor.- bufó Liz.
- La llevaré temprano hermano. No hay problema.- informó Steph divertido, mientras se subían a su auto.
- Creo que yo también me iré.- dijo Lucy y agregó.- Nunca me ha gustado ser mal tercio
- Te paso a dejar.- ofrecí.
- No gracias Pepe. Tomo un taxi ¡Diviértanse!.- se despidió.
Lo cual me dejaba a mí y ella solos. Si bien la semana pasada habíamos salido en plan de cita, no había pasado nada más allá. Y tenerla frente a mí y solos, ciertamente me ponía nervioso, incluso sabiendo que en ese momento yo era el mayor ¡Pff!.
- Creo que también deberíamos irnos. Mañana es una nueva semana de estudios.- me sacó de mis aturdimientos.
- Te llevo.- nos subimos a mi auto y me encaminé a su casa.
Durante el trayecto hablamos poco, la verdad es que al parecer los nervios eran compartidos. Odiaba comportarme así, pero mis únicas dos relaciones formales a mis 23 años habían sido Lauren, una compañera de secundaria que no había necesidad de entablar tema porque ella lo hacia por los dos y Vanesa, mi vecina de toda la vida, por lo que nuestra conversación no había variado de la amistad al noviazgo.
Llegué a su casa en poco rato, hubiera querido demorarme más, pero un día domingo de noche, el tráfico era en relación a un auto cada treinta cuadras.
- Gracias por traerme Pedro.- ese era señal de despedida y me hizo reaccionar, no me quedaban más de diez minutos a mi favor.
- Kate…- inspiré para darme ánimo.- Quería saber como lo habías pasado el fin de semana anterior. No tuve tiempo a preguntarte y bueno…- necesitaba un curso urgente para enamorar chicas.
- Fue increíble Pepe.- la miré incrédulo.- ¡De verdad! Quizás solo falta algo más de confianza, pero me agrada en demasía tu compañía.
- Eso de "falta de confianza" se puede solucionar si salimos nuevamente.- miré nervioso en varias direcciones.- ¿Te gustaría salir un rato durante la semana? No se, hacer más cosas. Aún no estamos con los exámenes encima y…podría ser durante las tardes.- me explayé demasiado.
- No tengo ningún problema Pepe, pero debe ser después de mis horas de trabajo.- la miré sin entender, se suponía que su trabajo era el mismo que mi hermana, es decir, viernes y sábado por la noche.- Trabajo los días de semana igualmente Pepe. Ayudo en una cafetería, salgo todos los días después de las siete.
- No sabía eso.- admití.- Pero después de las siete me parece perfecto.
- Bien, entonces espero tu llamado.
Asentí aturdido observándola, que no me percaté cuando se despidió y bajó del auto. Tan solo unos segundos de conciencia, me alertaron de su cara extrañada…debía de haber dicho algo y yo como imbécil, ni siquiera me percaté. Bajé veloz de mi auto y la alcancé en la puerta de su casa, tomándole por un brazo.
- Kate. Yo…no sé si dijiste algo al bajarte, solo estaba pensando y…
- No te preocupes Pepe. Tan solo me despedí.- rió de mi verborrea.
- Lo siento.- admití avergonzado.- Entonces nos vemos en la semana.
- Ajá. Esperaré tu llamado.
- OK.
Me acerqué para despedirme con un beso en la mejilla, pero mis ganas de probar sus labios me tenían al borde de la locura y mi ansiedad más nerviosismo, no eran buena combinación. Así que sin pedir permiso ni nada, acuné su rostro con mi mano y cuando mis labios hicieron contacto con la cálida piel de su mejilla…corrí mi cara para depositar un simple roce en sus labios, que ardían con el rubor de su rostro.
- Me gustas demasiado.- susurré sobre sus labios.
- Yo…tu también Pedro pero quiero irme con calma.- pidió moviéndose algo incómoda bajo mi tacto.
- Lo siento. Siento ponerte incómoda, es solo que no aguantaba más el probar tus besos.- admití con la verdad.
- No te disculpes, está bien.
La seguí notando incómoda o nerviosa mientras mi cara estaba adosada a la suya, así que tras depositar un beso en su frente, me alejé y nos despedimos con un movimiento de mano solamente. Quizás había hecho mal en no consultarle nada, pero no eramos niños para eso…en todo caso, no me arrepentía de nada. De alguna forma u otra teníamos que empezar por algo y un casto beso, era "algo."

El día viernes llegó y no sabía nada de Kate. Cada vez que había llamado a su móvil o me salía la dichosa grabación o simplemente estaba apagado. No sabía que pensar o entender con su reticencia a hablar conmigo, lo cual me dejaba en punto muerto. Esperaba al menos un rechazo por medio de un mensaje o cualquier cosa, pero solo recibía silencio.
- ¿Por qué traes esa cara? ¡Alégrate hombre! ¡Es viernes!.- celebró Lucy a mi lado, al tiempo que salíamos de la última clase por esta semana.
- ¿Qué haz sabido de Kate?.- pregunté directamente.
- Está enferma.- respondió Lucy.
- La he llamado y no contesta su móvil, pensé que solo no quería hablar conmigo.
- Quizás puede haber algo de eso ¿Qué sabes de sus ex parejas?.- enarqué una ceja hacia ella.
- ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?.- bufé entre molesto y hastiado.- ¿Acaso hay psicópatas, asesinos, delincuentes u otra cosa en su lista?.- reí negando con la cabeza
- Ese es el problema mi querido tonto amigo.- palmeó mi espalda con un poco mas de fuerza amistosa.- No habría quizás tanto problema si algún ex fuera como ellos. El problema aquí es no hay pasado ¿Me entiendes?.- levantó sus cejas y mi diversión terminó
- ¿Qué quieres decir?.- mi cara debía ser un poema.
- ¡Dios! ¡Es que acaso todos mis amigos son así de inteligentes!.- exclamó al cielo dramáticamente.- Lo que trato de decirte mi querido futuro médico de la ****ez, es que la chica no tiene repertorio amoroso. Más simple aún, el beso que le diste la semana pasada ha sido su primer beso en los labios ¿Cómo lo ves?.
- Estás de broma.- reí con esa típica risita entre histérica y nerviosa.
- Nones.- negó con su largo y huesudo dedo.- Nos contó eso un día en que Jessica comentó sus últimas aventuras con Chad y ella, cuando fue su turno de hablar confió que era virgen, y no sólo de allí.
- ¿Cuándo te contó lo del beso?.- inquirí frenético por saber si había jodido todo.
- No te preocupes Ed.- me calmó.- Es solo que ella no sabe como reaccionar. Le gustas, pero teme que por sus veintiún años y siendo casta y pura, tu salgas corriendo como loco.- obviamente divertida con la situación.- Pero es cierto que ha estado enferma, en todo caso en la noche igual vendrá a trabajar. Ahí es tu oportunidad.

4 comentarios:

  1. Hermosos los 2 caps!!!!!!!!!! Cada día más linda esta historia!!!!!!!!!!

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  2. Muy buenos capítulos! pero q pasa con Kate, y en qué momento aparrece Pau en la vida de Pedro???

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