lunes, 25 de diciembre de 2023

No Esperaba Encontrarte: Capítulo 52

 —¿El mismo desfile? —Paula bajó la mirada a regañadientes.


Entonces abrió el sobre. La invitación provenía de la familia Alfonso, no de Pedro, y ella se preguntó por qué habrían hecho eso.


—Dime que no les has pedido que hicieran esto.


—La invitación ha sido toda una sorpresa para mí.


—¿Entonces por qué la han mandado? Tú te apartaste de ellos. Estás tratando de comenzar de nuevo, de ser parte de una familia junto con María.


Pedro se encogió de hombros.


—Mi propósito es ser una dura competencia para ellos en el mercado de la joyería artesanal. Según parece, han tenido a alguien informándoles de mis progresos, aquí en Australia, y ahora quieren comprobar mi trabajo más de cerca, en su propio territorio.


—Seguro que hay lugar para ellos y para tí en la industria de la joyería. No necesitan hacerte ir a Milán para investigar tu mercancía.


—También examinarán tus creaciones, y es por tus méritos propios por los que quieren que tus vestidos estén en el desfile. Sólo invitan a los mejores —dijo él, metiéndose las manos en los bolsillo de los pantalones.


Paula lo deseaba tanto que le dolía. Bajó la vista hacia la invitación.


—¿Saben tus padres… Lo de Valentina?


—Si se lo dijera, no me creerían —contestó, mirando al agua—. Para ellos, Adrián no puede hacer nada malo. Siempre ha sido así.


—Mándales una nota informándoles de que no estaremos allí —dijo Paula, a quien no podía importarle menos lo que la familia Alfonso pudiese hacer por su carrera. Era de Pedro del único que se…Preocupaba.


—O si no quieres hacerlo, lo haré yo en nombre de los dos.


—Vamos a ir. Tendrás la oportunidad de hacer tus vestidos mundialmente famosos.


—Sería como si tú se los estuvieses vendiendo a ellos. No quiero hacerlo —dijo Paula, que no podía evitar sentirse tan vulnerable.


Pedro le tomó una mano. 


—No me importa mi familia. Esto es por tí. Quiero que aproveches esta oportunidad.


Paula pensó que sentir la piel de él sobre la suya dolía… Pero a la vez era maravilloso.


—Pero… —dijo, levantando la mirada.


—No discutas más —dijo él, dulcificando el tono y mirándola a los ojos—. Por favor, no me impidas darte esta oportunidad. Es una oportunidad única en la vida. Quiero que la aceptes.


—Si es lo que quieres —susurró ella, sin permitirse pensar en ello—. Iré.


Aquél sería el último acto, como la última representación de una obra de teatro. Y quizá volver a Milán sería la mejor manera de terminar con todo aquello.


—Esto merecerá la pena, Paula. Sé cómo comenzaron las cosas entre nosotros cuando yo me mudé aquí pero, lo creas o no, ahora tu éxito es importante para mí simplemente porque quiero que lo tengas.


Antes de que Paula pudiese decir nada, Pedro se dió la vuelta para regresar por donde había venido.


—Le diré a María lo que está ocurriendo para que podamos comenzar con los preparativos. Estoy seguro de que apoyará la idea y de que te dará todo el tiempo libre que necesites para tenerlo todo preparado.


Mientras Paula lo miraba como atontada, él se marchó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario