viernes, 8 de diciembre de 2023

No Esperaba Encontrarte: Capítulo 30

Durante todo el tiempo que duró el desfile de modelos, Paula estuvo evitando a Pedro, por lo menos todo lo que le fue posible. Cuando, tras terminar el desfile, invitaron a las modelos a cenar, trató de centrar su atención en las chicas. Pero no le fue fácil, teniéndolo tan cerca y soportando la reacción de su cuerpo ante él. Al terminar la cena, las modelos se marcharon a un casino cercano, y Paula y Pedro se quedaron a solas.


—El desfile ha sido un éxito —dijo Pedro en un tono de voz bajo mientras se dirigían por el pasillo del hotel a la habitación de ella—. Hay algo que debes saber acerca de aquella última noche en Milán, Paula —dijo al llegar a la puerta de la habitación—. No había pretendido decírtelo, pensaba que el momento ya había pasado, pero ahora que sé que no estabas saliendo con el manager… Y como me atraes…


Pareció que dudó si seguir hablando, pero entonces prosiguió.


—Yo no le estaba siendo infiel a Brenda. Ya estábamos separados — dijo, acariciándole la cara a Paula.


Ella no pudo apartarse ni pensar con claridad.


—¿Qué estás diciendo? Habían tenido un bebé. Valentina sólo tendría unos pocos meses.


—Brenda y yo… Nos casamos por razones equivocadas —explicó, mirándola a la cara—. El matrimonio se estropeó. Cuando Valen nació, ya estaba haciendo aguas, y Brenda no estaba interesada en la niña. Las peleas que tuvimos sobre ello pusieron el punto y final a nuestra historia.


—¿Por qué no me lo dijiste en su momento? ¿Y por qué me lo dices ahora?


—Estaba demasiado ensimismado con tenerte. Todo lo demás daba igual —dijo, acariciándole la mejilla—. Dio, Paula, entonces te deseaba, pero ahora te deseo aún más. Quiero que te me entregues completamente.


Paula estaba muy confundida, y se preguntó cómo iba a dejar que los fantasmas del pasado se interpusieran en la manera con que lo deseaba en aquel momento.


—¿No te das cuenta, Paula? ¿De esto? ¿De nosotros? —Pedro se acercó aún más hacia ella, tomándola por los hombros.


Paula sintió un escalofrío, y cada poro de su cuerpo respondió a la caricia de él.


—Sí, pero no estoy segura…


—No lo pienses. Simplemente siente. Responde a tu cuerpo, a nosotros.


Paula, animada por él, tocó su pecho, deseando tocar su piel desnuda…


—Ya no somos los que éramos. Ahora esto es lo que somos —dijo él.


Entonces Pedro murmuró el nombre de ella y acercó la cabeza para darle un suave beso en los labios. Paula no pudo luchar más. Quería que él la abrazara, y todo lo demás no importaba… Cuando él posó sus labios sobre la boca de ella y la acercó a su cuerpo, Paula se sintió muy bien. 

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