viernes, 1 de diciembre de 2023

No Esperaba Encontrarte: Capítulo 13

 —¿Se han peleado con tus padres? —preguntó él, que parecía realmente preocupado.


—Ya estamos aquí. Terminemos con esto —dijo Paula, saliendo del coche e ignorando aquella pregunta. No quería hablar con él sobre su vida privada.


Al dirigirse hacia las puertas de la gran mansión, Paula comenzó a ponerse muy nerviosa.


—Es tu armadura, para cuando estás asustada —dijo Pedro—. ¿Cómo no me había dado cuenta antes? Levantas la barbilla para hacer pensar a los demás que no necesitas a nadie, pero sólo es una actuación para esconder tus inseguridades.


—Quiero tener éxito. Eso es todo.


Paula odiaba que él pudiese ver lo que el resto del mundo nunca había visto.


—Buenas noches. ¿Puedo tomar sus pertenencias? —les dijo un hombre elegantemente vestido al recibirlos en la puerta.


Les guiaron hacia un lujoso salón de baile, donde había un cuantioso grupo de elegantes personas congregado. Paula comenzó a sentirse invadida por el pánico.


—Espera…


—Sólo son personas. Todo saldrá bien —dijo Pedro, animándola con la mirada.


La tomó por los hombros y la adentró en la sala, susurrándole algo al oído que ella apenas comprendió, ya que estaba muy pendiente de lo cerca que estaba de él.


—Veamos cómo convences a todas esas mujeres de que quieren llevar tus vestidos.


Paula levantó la barbilla e hizo todo lo posible por controlar los nervios.


—Estoy más que dispuesta a captar la atención de las mujeres de la sala, de hacer que se interesen en mis vestidos —dijo Paula con tanta fortaleza como pudo—. ¡Quiero arreglar las cosas lo antes posible para así no tener que volver a verte!


Pedro simplemente sonrió de aquella manera tan devastadora que provocaba que ella quisiera abofetearle. O salir corriendo. Quizá ambas cosas. 


—Entonces vamos a relacionarnos con la gente —dijo él—. ¿Vamos? Parece que estás causando una buena impresión entre los invitados.


Desde el comienzo de la velada, Pedro había mantenido a Paula a su lado para vigilarla, para asegurarse de que hacía todo lo posible para atraer interés sobre sus vestidos. Pero el problema era que ella atraía también su interés. No podía negar el efecto que Paula Chaves causaba en él.


—Por tu bien, espero que esa buena impresión conduzca a que pronto vendas vestidos.


—Yo también lo espero. Como ya te he dicho, me apartaré de tí en cuanto me sea posible, Pedro.


—Pero todavía no te puedes apartar de mi lado, porque me necesitas para poder entrar en actos sociales como éste.


Pedro observó cómo la frustración se apoderó de ella, y una parte de él quería que ella perdiera el control, que todos sus sentimientos explotaran…


Anunciaron que la cena estaba preparada. Pedro comenzó a buscar sus asientos, estimulado por la cercanía de Paula. Cuando se sentaron, ella habló y brilló con luz propia entre los demás invitados. Pedro estuvo pendiente de cada palabra que ella decía y de cada sonrisa que esbozaba… A todas partes menos a él. 

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