miércoles, 13 de diciembre de 2023

No Esperaba Encontrarte: Capítulo 34

 —Te llevaré junto a Carla tan rápido como pueda, Paula. Sé que estás preocupada.


A pesar del desasosiego que había entre ambos, algo en aquel tono de voz que reflejaba preocupación provocó que Paula se sincerara.


—¿Sabes cuántas cosas pueden salir mal en un embarazo? ¿Y si pierde el bebé? Se quedaría destrozada. Está construyendo una familia junto a Iván. Carla lo necesita. Y yo quiero que lo tenga. Debe ser capaz de tenerlo.


—La quieres muchísimo —observó él.


Paula asintió con la cabeza y mantuvo silencio. No quería admitir que la mano de él sobre la suya le ayudaba a mantenerse entera. Cuando aterrizaron en Melbourne, Pedro consiguió un taxi rápidamente. Ella estaba deseando poner distancia entre ellos para así poder recordarse a sí misma todas las razones por las que en realidad no quería tener nada que ver con él.


—Estoy segura de que quieres ir a tu casa a ver a tu hija.


—Valentina no me espera hasta dentro de mucho y no pretendo dejarte sola hasta que no estés segura de que tu hermana está bien —dijo Pedro, montándose en el coche e indicándole la dirección al taxista.


Entonces señaló el bolso de Paula.


—¿Por qué no telefoneas a Sofía? Si puede hablar contigo ahora, quizá pueda aliviar un poco tus preocupaciones. Por lo menos así sabrá que vas a llegar dentro de poco. 


—Sí. Voy a telefonear a Sofi. Eso era… Justo lo que yo también estaba pensando —dijo, tomando su teléfono móvil—. Quizá Sofi no esté fuera del hospital, pero lo intentaré de todas maneras.


Sofía no respondió la llamada, pero el teléfono sonó al poco rato. Paula se sobresaltó.


—¿Sofi?


La conversación no duró mucho. Cuando Paula terminó de hablar, Pedro la miró, interrogante.


—Todavía no le han permitido a Sofi entrar a ver a Carla. Casi no tiene batería en el teléfono. Ha dicho que saldrá a recibirnos a la puerta del hospital y que entonces nos explicará con más detalle lo que ocurre.


Paula se percató de que había incluido a Pedro en su comentario. Esbozó una dura mueca.


—No tienes que quedarte. Como ya te he dicho, me las puedo arreglar perfectamente sin tí.


Ella no quería que él se quedara. Pedro ya había presenciado demasiado de su vulnerabilidad.


—Me voy a quedar, Paula. No sigas perdiendo energía en ello.


Al llegar al hospital y pagar Paula al taxista, Pedro la ayudó a salir del coche y tomó sus maletas en una mano, agarrando a Paula por el hombro con la otra. Cuando se encontraron con Sofía, ella la abrazó.


—Han dicho que sólo puede haber una persona con Carla, porque su tensión arterial se alteró muchísimo. Así que Iván está con ella —explicó Sofía, emocionada—. Él ha salido dos veces para decirme que Carla ha dicho que no nos preocupemos, pero él mismo está preocupado.


Ante aquello, la tensión de Paula se disparó por los aires hasta alcanzar la que su hermana podría haber alcanzado. Entonces miró las puertas del hospital.


—No entienden. Vamos a ver a nuestra hermana, ahora mismo, porque ella nos necesita y se sentirá mejor si nos ve.


Pedro ya se había adelantado y estaba dentro del hospital, hablando con la encargada de admisiones. Parecía que se la estaba camelando. Paula frunció el ceño mientras luchaba contra el sentimiento de indefensión que sentía, ya que incluso se le había adelantado en sus intenciones. 

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