lunes, 28 de agosto de 2017

Reencuentro Inesperado: Capítulo 63

—Yo no lo habría dicho mejor.

—¿Debo pensar que me estáis amenazando, abogado?

—Oh, no. No es una amenaza, Broadstreet. Sólo una promesa.

Pedro cerró la puerta del despacho  y miró a  Paula.  Tenía miedo de que aquélla fuera la última vez que se vieran.

Paula no  había  estado  tan  enfadada  en  toda  su  vida.  Habría sido capaz de estrangular al  presidente  de  la  junta  directiva con sus propias  manos.  Incluso  se  había   atrevido a avisar a los paparazzi para que los fotografiaran en  aquel  restaurante. Sin  embargo,  ahora  estaba  más preocupada  por  el  hombre  que  amaba. El  hombre que caminaba a su lado.Salieron del edificio y se dirigieron a la fuente del campus.

—Ese hombre es un verdadero buitre —dijo ella.

—Sí, sólo le interesan el dinero y el poder.

—Me temo que hemos perdido el tiempo con él. Sólo espero que los testimonios de los alumnos sirvan para que la junta directiva reconsidere su opinión y el profesor mantenga  su  empleo.  Aún  puede  hacer  un  gran  trabajo.  Carlos Broadstreet  es  un  imbécil.

—Desde luego.

—Me recuerda mucho a Lucas—dijo, mirándolo.

Los ojos de Pedro brillaron con tristeza. Llevaba un traje muy elegante, de color azul,  y  una  corbata  roja;  parecía  lo que era: un rico y exitoso  abogado.  Pero ahora,  Paula sabía que también era otras muchas cosas.

—Pedro, yo...

—Paula, deja que...

—Está bien. Habla tú primero.

Él no dudó.

—Como sabes, soy abogado y estoy acostumbrado a manejar las palabras a mi antojo. Pero ahora no sé qué decir para hacerte ver lo mucho que lo siento.

—No hace falta que...

—Deja que me explique, ¿Dé acuerdo? Cuando arrestaron a Lucas, quise rechazar el caso. Ya sabes lo que pienso de él. Nunca he podido soportarlo.

—¿Y por qué no lo rechazaste?

—Porque el bufete me presionó.

—Comprendo.

—Irónicamente, Lucas  me ha acusado de incompetencia. Y lo malo del asunto es que  tal vez  se  salga con la suya si me denuncia.  Ciertamente, no lo defendí con demasiado entusiasmo.

—¿Dices  eso  sólo  porque  no  quisiste  utilizar  la  vida  sexual  de  la  víctima  en  su  beneficio?

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