miércoles, 11 de diciembre de 2019

Amor y Traición: Capítulo 67

–No, he venido por tí –repuso Pedro mirándola fijamente y tomando sus manos–. Vuelve conmigo, Paula. Dame otra oportunidad.

–¿Qué? –repuso perpleja.

–Sé mi esposa, déjame ser tu pareja, estar a tu lado. Permíteme que pase el resto de mi vida amándote y tratando de merecerme tu amor.

–Pero… –tartamudeó ella.

–Llego demasiado tarde, ¿No?

–¿Demasiado tarde?

Pedro miró a alguien que estaba detrás de ella.

–Veo que ya me has olvidado.

Se dió la vuelta y vió que Fernando los observaba desde la puerta de la habitación. Frunció el ceño y desapareció.

–¿De qué estás hablando? –le preguntó Paula a Pedro.

–La chica que me atendió en la empresa de alquiler de coches me contó lo de tu accidente. También me dijo que te vas a casar con Fernando –le contó él con ojos tristes y una sonrisa que no convencía a nadie–. Supongo que debería felicitarte.

Paula no sabía qué decir.

–No lo sabes… –susurró ella mientras su corazón se llenaba de esperanza–. El anuncio del compromiso está en la página web de mi madre e incluso lo publicó el periódico local esta mañana. Pero no lo sabes…

Pedro negó con la cabeza.

–No sé nada. Despedí a mi detective hace dos meses y les prohibí a mis abogados que me hablaran de tí. ¡Incluso me he deshecho de mi teléfono móvil!

–¿En serio? ¿De tu teléfono? –le preguntó incrédula.

–Sí, estaba enfadado con él –repuso Pedro con una sonrisa–. Sigo haciendo algunas tonterías, pero mi psicólogo cree que aún hay esperanza para mí…

–¿Tu psicólogo?

–Sí, hablar del pasado me ha ayudado a entender las decisiones que he tomado de adulto. Y también sé por qué tenía tanto miedo a enamorarme de tí –le dijo Pedro–. Porque te quiero, Pau. Te quiero tanto… Fernando es un buen hombre y sé que te hará feliz.

Ella se le acercó un poco más y le levantó la barbilla.

–Fernando y yo no estamos juntos. Está comprometido con mi hermana.

Poco a poco, Pedro levantó la cabeza. La perplejidad solo duró un segundo, después sonrió de alegría.

–¿Con tu hermana? –repitió esperanzado.

–Sí, les regalé el coche ayer y tuvieron el accidente poco después – le contó ella–. Nos asustamos mucho. Ha sido una noche horrible, los médicos no sabían si iba a recuperarse. Perdió mucha sangre. Pero la operación de esta mañana fue muy bien y nos han dicho que se pondrá bien. Solo necesita mucho descanso.

–Gracias a Dios –susurró Pedro mientras la abrazaba–. Así que es ella la que va a casarse con Fernando. Siempre me cayó muy bien tu hermana.

Apretó la mejilla contra su camisa y se echó a llorar.

–Desde que ocurrió, me he acordado mucho de tí. Deseaba que estuvieras aquí para abrazarme y decirme que todo iba a salir bien.

–¡Querida! –exclamó Pedro abrazándola con fuerza–. Sé que soy egoísta y cruel. Habrá momentos en el futuro en los que te entrarán ganas de pegarme un puñetazo, pero dame una oportunidad más para amarte. Acéptame y no volveré a separarme de tu lado.

Abrió la boca para contestar, pero él colocó un dedo sobre sus labios.

–Antes de darme tu respuesta, deja que termine mi exposición…

La besó entonces con todo el amor que sentía por ella, a Paula no le quedó ninguna duda de sus sentimientos. Y había también tanta pasión después de meses separados que sintió que le temblaban las piernas. Cuando se apartó de ella, lo miró emocionada.

–Quédate conmigo, Pedro –susurró sin poder contener las lágrimas–. No me dejes nunca.

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