miércoles, 13 de marzo de 2024

El Elegido: Capítulo 67

Pero eso era precisamente lo que preocupaba a Pedro: Que por una serie de coincidencias desafortunadas Paula tomara la decisión de salir de su vida. La idea de que desapareciera para siempre le hizo sentir algo doloroso en lo más profundo de su ser. Pero antes de poder analizar lo que ese dolor significaba Pablo se levantó.


-¿Qué quieres de ella, Pedro?


-¿Qué quieres decir? -preguntó Pedro sorprendido ante el repentinotono protector de Pablo.


-Quiero decir que hasta ahora siempre me habías dicho que Paula no te interesaba, y sin embargo veo que no dejas de perseguirla y por eso te inventaste esta fiesta para Luciana. Y ahora pareces a punto de desmoronarte porque piensas que le das miedo. ¿Qué quieres de ella?


-No lo sé -contestó él y era cierto. 


Quería seguir con su vida cómoda e impenetrable y al mismo tiempo la quería a ella pero sabía que no podía tener las dos cosas. ¿Cuál era el mayor sacrificio? Renunciar a su impenetrable muro protector que había construido durante los últimos diez años; renunciar a la seguridad de que nadie podía tocarlo, herirlo ni pedirle cosas que no estuviera dispuesto a dar. O renunciar a ella, a la oportunidad de verla florecer entre sus brazos, al placer que experimentaba cuando estaba con ella consciente de que ese placer era mutuo. Por primera vez en mucho tiempo, sentía que tenía que tomar una decisión importante con cierta premura.


-Bueno, tal vez sea hora de que lo averigües -dijo Pablo-, porque si no vas en serio con Paula, deberías dejarla marchar. Y si realmente sientes algo por ella y quieres conocerla y ayudarla, deberías estar hablando con ella y no con nosotros. Y ahora, es casi medianoche y a Maca no le conviene toda esta excitación, así que te pido que te vayas a casa y consultes todo esto con la almohada. Te apoyaremos en la decisión que tomes, pero tienes que estar seguro -y entonces Pablo se levantó arrastrando a una sorprendida Macarena con él.


-Siento mucho haber venido a estas horas. Debería irme a casa - dijo Pedro besando a Macarena en la mejilla y dándole unos golpecitos a Pablo en el brazo-. Hasta luego.


-Nos vemos el lunes en el trabajo -dijo Pablo con una expresión un tanto intransigente.


-Hasta el lunes -dijo Pedro.




El lunes por la mañana temprano, Macarena y Paula fueron a clase de yoga.


-¿,Has hablado con Pedro últimamente? -preguntó Macarena.


-No, hace poco no.


-¿Desde el fin de semana?


-Umm, no, no desde el fin de semana.


-¿Cuándo tienes previsto hablar con él?


-¿A qué vienen todas estas preguntas, Maca? La fiesta es dentro de cinco días y seguro que hablaré con él antes. ¿Contenta?


-Sí, pero y ¿Tú estás contenta?


-¿Cómo dices? -preguntó Paula con un tono que hizo que el instructor las mirara con gesto de desaprobación. Pidió disculpas con una sonrisa y se volvió hacia su amiga-. ¿Qué quieres decir?


-¿Por qué no dejan de jugar al gato y al ratón y lo intentan? - preguntó Macarena nerviosa.


-¿Intentar qué?


-Salir juntos, besarse y todo eso. Olvida tu teoría y olvida los planes de boda. Ya sabes, como cuando vas a comprar zapatos y no encuentras ninguno pero el día que sales a comprar un vestido encuentras unos zapatos preciosos.

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