miércoles, 13 de marzo de 2024

El Elegido: Capítulo 66

Pablo llegó en ese momento con café y galletas y una infusión para Macarena. Ésta lo miró con amor antes de continuar.


-El día de su funeral, Paula y yo nos quedamos despiertas toda la noche y me contó entonces la historia de la cicatriz, entre otras muchas. Que muchas veces sentía la necesidad de viajar o desaparecer y el hecho de tener una hija no lo detenía. A veces la llevaba consigo; otras, la dejaba en un motel con algo de dinero y el número de teléfono de su manager por si lo necesitaba para algo urgente.


Pedro se imaginó a Paula de pequeña, con una larga melena morena volando tras ella mientras correteaba entre los hombres del canódromo y sintió ganas de vomitar.


-Debe sentir un odio visceral por el hombre que le hizo aquello.


-No lo sé. Tendrías que haberlos visto juntos. Era asombroso. Se adoraban y se odiaban al mismo tiempo. Para él, Paula era su pequeño ángel, aunque a veces la dejara sola. Eso la ha convertido en la mujer fuerte, ingeniosa y comprensiva que es hoy.


Pedro sabía que Macarena tenía razón. Paula le había dicho algo muy parecido también al referirse a los altibajos que conformaban una personalidad fuerte, pero no podía dejar de sentir una furia enorme hacia el hombre que le había hecho tanto daño. Enterró la cabeza entre las manos y se restregó furiosamente los ojos enrojecidos.


-Dios. Esto es un desastre.


Pedro alzó la vista y vió a Macarena sonriéndole. ¿Cómo podría sonreír en un momento así?


-¿Qué?


-Tú si que eres un desastre, Pedro. Paula está bien. Tiene sus momentos pero en lo más profundo está bien. Ha superado lo principal y ha madurado.


-¿Entonces por qué tenía miedo de mí? ¿Por qué sale corriendo cada vez que parece que empezamos a tener una conversación como dos personas normales?


Al ver que ni Macarena ni Pablo contestaban Pedro se sintió bastante deprimido pero no quería dejar de luchar.


-Tenía que saber qué le había hecho reaccionar como lo hizo, ¿No? Por eso me senté y le pregunté por la cicatriz de la nariz. Fui un bestia y eso es lo último que necesita.


-No te preocupes por eso, Pedro -dijo Macarena. El pobre Pablo no sabía nada de esto cuando la llevó a aquella estúpida pelea de boxeo hace unas semanas. Pero sí sabe que Paula es mayor y sabe cuidar de sí misma. Aquella noche tomó la decisión adulta de salir de allí, de no formar parte de aquella multitud, y todo salió bien afortunadamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario