lunes, 11 de marzo de 2024

El Elegido: Capítulo 62

Pedro abrió la puerta del copiloto y esperó hasta que Paula se hubo sentado y después rodeó corriendo el coche para entrar por su puerta. Encendió el motor y el automóvil empezó a moverse. Ella esperó entonces una disculpa, algo tras la inesperada cena de la noche anterior pero él se apoyó bien sobre el respaldo de su asiento mientras silbaba la melodía de jazz que sonaba en el equipo del coche.


-¿Y adónde me llevas?


-Lo sabrás enseguida. ¿No te gusta la música? Esta versión se grabó en 1968 en ese pequeño local en la calle Bourbon...


-¡Pedro!


-Hablas demasiado. La vida es muy corta para hacer tantas preguntas. Te ordeno que te recuestes sobre el asiento, te relajes y disfrutes del paseo.


-Está bien -Paula se rindió. 


Se recostó sobre el asiento de piel, cómoda en la calidez del coche, y miró por la ventanilla. Pedro la miró varias veces deseando poder descifrar los pensamientos que se ocultaban tras la tranquila mirada. Deseaba saberlo todo sobre el pasado de Paula que, según había admitido Macarena, debió ser brutal. Pero tenía la sensación de que ella preferiría abrir la puerta y saltar del coche en marcha antes que contárselo. Se mordió la lengua y siguió conduciendo. Ya habría tiempo para las preguntas más tarde. Quince minutos después él enfiló un camino muy familiar.


-Estamos en el Lunar.


-Así es -contestó él metiendo el coche en uno de los sitios del personal, echó el freno de mano y salió del coche dispuesto a abrir la puerta a Paula antes de que ésta se hubiera quitado el cinturón de seguridad.


-¿Ésta es tu sugerencia para la celebración de la fiesta?


-¿Por qué lo dices? ¿No te parece perfecto? -preguntó él tendiéndole la mano para ayudarla a salir.


-Por supuesto que sí. Adoro este lugar y me parece mucho más apropiado para lo que tenía en mente en un principio. Me llevo bien con los dueños así que creo que podríamos reservarlo aunque sea con poco tiempo de antelación.


-Ya lo he preguntado y no hay problema.


-Pero ¿Cuándo has hablado con los dueños? Podrías habérmelo dicho antes...


-Yo soy el dueño, Paula.


-¿Tú? No, no lo eres. Francisco y Mónica han sido los propietarios de este lugar desde hace años.


-Pero han dejado de serlo -dijo Pedro poniéndole las manos sobre los hombros.


-El trato se cerró anoche. Siento no haber podido decirte nada. Las cláusulas de confidencialidad y todo eso. Además, después de nuestra comida aquí aquel día tuve la sensación de que querrías hacer la fiesta aquí aunque yo te dijera lo contrario -se encogió de hombros-. No importa. Todo está solucionado ya. ¿Te parece bien entonces que celebremos la fiesta aquí?


-Claro, adoro este sitio. Me ha traído siempre mucha suerte. Traigo a todos mis clientes aquí en la primera reunión -dijo ella y entonces recordó algo que Pedro había dicho en otra ocasión-. No irás a remodelarlo, ¿Verdad? Dime que no vas a cambiar el Lunar para después venderlo por partes igual que hiciste con tu bloque de apartamentos.


-No pensarás realmente que tus clientes firman contigo porque los traes aquí, ¿Verdad?

No hay comentarios:

Publicar un comentario