miércoles, 19 de mayo de 2021

Inevitable: Capítulo 71

El lunes a primera hora, Pedro acudió a las oficinas del Fuego en Phoenix.


–El señor McElroy te espera –dijo la secretaria.


–Gracias –dijo Pedro y pasó a su despacho–. Señor McElroy, le agradezco que aceptara verme con tan poca antelación.


–Dijiste que era importante. Siéntate.


–Un tornado ha arrasado mi pueblo natal el sábado.


–Lo he oído en las noticias. No hubo muertos.


–No, pero varias casas, la escuela y el campo de fútbol quedaron destruidos –explicó Pedro–. Los Defeeters, un equipo de niños de nueve años a los que he estado ayudando, tienen su partido final de la temporada el sábado, pero no tienen dónde jugar. Quiero encontrarles un campo para que puedan terminar la temporada de primavera. Y quiero estar allí cuando jueguen.


–Parece importante para tí –observó el otro hombre, mirándolo con atención.


–Sí. Soy quien soy porque empecé jugando en la liga infantil como ellos. Se lo debo.


Además, quería una segunda oportunidad con Paula.


–Muy considerado por tu parte –dijo McElroy–. ¿Pero te has olvidado del partido con los Rage?


–El Rage juega en Indianápolis. El estadio está a un par de horas de Wicksburg. Se me ha ocurrido una manera de estar en los dos partidos. Pero voy a necesitar su ayuda, señor, y la del propietario del Rage.


–No me has dado más que dolores de cabeza desde que compré el equipo. ¿Por qué iba a querer ayudarte? –preguntó McElroy tras un tenso silencio.


–Porque sería bueno para todos. Esos niños son el futuro del fútbol. Será una publicidad excelente para el Fuego y el Rage.


–No pareces el mismo que cuando te fuiste –observó McElroy, frunciendo el ceño–. ¿Qué te ha hecho cambiar?


–Esos niños me han enseñado cosas que había olvidado sobre el fútbol. Y he conocido a una chica que me ha hecho darme cuenta de que soy algo más que un futbolista.


–Tienes todo mi apoyo –repuso McElroy, satisfecho con su respuesta–. Dime solo qué necesitas.


Pedro estaba seguro de que sus planes para el partido iban a funcionar, pero no estaba tan seguro de cómo iban a salir sus planes con Paula. No quería vivir sin ella. Solo esperaba que no fuera demasiado tarde.

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