miércoles, 12 de mayo de 2021

Inevitable: Capítulo 56

 –Los niños no son fáciles. Sin embargo, Paula se desenvuelve de maravilla con Ignacio.


–David y mi mejor amiga, Aldana, van a hacerme una fiesta para celebrar la llegada del bebé –señaló Yanina, tocándose la barriga–. Llevan planeándolo durante semanas.


El comentario abrió una compuerta en la memoria de Paula, despertando su antiguo dolor por la traición de David y Yanina.


–Recuerdo cuando los dos pasaron también semanas preparando mi fiesta de cumpleaños –dejó caer Paula con amargura–. Fue entonces cuando comenzó su relación, ¿Verdad?


Yanina soltó un grito sofocado, miró a David con rabia y salió como un huracán del restaurante.


–Maldición –murmuró David y salió corriendo tras ella–. No es lo que tú crees, Yani –gritó.


–Yanina casi me da pena –comentó Paula, siguiéndolos con la mirada.


–Ella sabía bien con quién se casaba. Swanson es un completo imbécil –opinó Pedro, sin dejar de abrazarla–. Si eligió a esa mujer en vez de a tí, es que no tiene ni una neurona sana.


–Gracias –repuso ella–. Pero la verdad es que nunca debí casarme con él.


–¿Por qué lo hiciste?


En una pequeña mesa para dos en un rincón, iluminada por la luz de unas velas, Pedro se sentó delante de Paula, sus piernas rozándose bajo el mantel de lino blanco. Ante ellos, había un plato de fondue de queso y una cesta con picatostes. Mientras ella le hablaba de David Swanson, Pedro deseó poder cambiar el pasado y borrar todo el dolor que ella había sufrido.


–La gente me advirtió sobre David –recordó Paula con tono de dolor–. Me aconsejaron que rompiera con él. Gonzalo. Incluso Yanina. Sin embargo, yo creía saber lo que estaba haciendo, pero me engañó.


–Dudo que seas la única a la que ha engañado.


–Cuando nos casamos, descubrí que David esperaba que yo fuera una esposa sumisa, que me quedara en casa, cocinara, limpiara y bebiera los vientos por él. Admito que no encajaba en el papel – confesó ella–. Pero eso no justifica que me fuera infiel.


–David trataba a las chicas muy mal en el instituto. Aun así, todas querían salir con él.


–A mí me conquistó en la universidad. Sabe decir lo que una chica quiere escuchar –contestó ella–. Aunque yo sé que también tuve parte de culpa en la ruptura. Solo me gustaría que hubiera sido más honesto conmigo.


–Si pudieras hacerlo otra vez…


–No lo haría –le interrumpió ella con decisión–. Estoy mucho mejor sin él. Lo que pasa es que es difícil estar de vuelta en el mismo pueblo que él. Seguro que la gente me tiene lástima y habla de mí a mis espaldas.


–Lo que la gente diga no importa –afirmó él, deseando verla sonreír–. Olvídate de ellos. Eres fuerte.


–¿Fuerte? Nada de eso…


Maldito David Swanson, se dijo Pedro. Había roto la confianza de Paula en los demás y en sí misma.


–Date tiempo. Tómatelo con calma.


–Lo intento. Lo que pasa es que, cuando estábamos saliendo, David me hacía sentir…


–¿Qué? –preguntó él con curiosidad, al ver que se quedaba callada.

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