lunes, 17 de mayo de 2021

Inevitable: Capítulo 69

 –¿Hola? –respondió al fin una vocecita joven.


–¿Ignacio? –dijo Pedro, agarrando con fuerza el auricular.


–Pedro –dijo el niño con alivio–. Sabía que no nos olvidarías.


–Nunca –aseguró él de todo corazón–. Mi madre me acaba de llamar para contarme lo del tornado.


–La tía Paula y yo nos metimos en el armario del sótano con almohadas, un par de linternas y el teléfono –explicó el niño con voz temblorosa.


–¿Puedo hablar con tu tía?


–Se ha ido a buscar a Tom.


–¿Dónde está?


–No lo sé. La tía Paula piensa que igual se ha escapado. No hemos podido encontrarlo después de que sonara la sirena. Igual se asustó por el ruido.


Por su vocecita, Pedro adivinó que Ignacio también estaba asustado. Miró el reloj. Si tomaba un avión a Chicago y, desde allí, alquilaba un coche… Pero tenía una reunión con el equipo al día siguiente. ¿Y querría Paula que se presentara allí sin invitación, de todos modos? Sin embargo, a él no le gustaba pensar que ella estuviera por ahí fuera, con los efectos de un tornado aún frescos. La línea se quedó en silencio.


–¿Estás ahí, campeón?


–Sí, pero se ha acabado la pila de la linterna. Está muy oscuro.


–Me gustaría poder estar allí.


–Y a mí. Pero, aunque estuvieras aquí, no podrías ver nuestro partido del próximo sábado.


–¿Por qué no?


–El campo ha quedado destrozado, así que la temporada de fútbol se suspenderá. No jugaremos más hasta el otoño.


–¿Cómo lo sabes?


–La mamá de Marcos llamó antes. Mi colegio también se ha destruido. Y algunas de las casas de la zona, también.


–¿Marcos y su familia están bien? –preguntó Pedro, perplejo.


–Sí, pero les ha caído un árbol encima del coche. El padre de Marcos está furioso.


–Los coches pueden reemplazarse –repuso Pedro. Las personas, no.


¿Por qué no volvía Paula al sótano de una vez? Odiaba no poder hacer nada. Aunque era probable que ella no quisiera su ayuda. Entonces, desfilaron en su mente imágenes de sus días en Wicksburg: Paula dándole galletas, tomando granizado, él enseñándole cómo hacer los calentamientos, besándola. Había sido maravilloso estar con ella. Si pudiera volver atrás y cambiar su último día en Wicksburg… Con un nudo en la garganta, recordó cómo su madre le había acusado de huir…

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